– Aprovechando que en estos eventos de la ONU hay mucha gente de ciencia, ¿cuál fue la agenda que se planteó?
– Hemos conversado con muchos científicos, líderes mundiales y autoridades para buscar planetas. Stephen Hawkings señaló que quedan 100 años para salir del nuestro. El cambio climático puede ser devastador. La proyección inicial del aumento de la temperatura de 1,5º C para los próximos 20 años llegó ahora a 2º C. La temperatura de 1850 a la fecha, en 170 años, no ha subido más de un grado y uno solo está generando cataclismos, aluviones y sequías que vivimos en Chile. Imagínate cuando sean 2º o más en 20 años.
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– Cerremos por fuera… pero, ¿ir conquistando planetas es la respuesta?
– La primera solución es proteger el planeta, sería un absurdo que estemos cambiándonos de planeta cuando primero hay que salvar esto. Pero más allá de eso, tenemos que entender que vamos a tener más de 10 mil millones de habitantes para 2050 y cada persona va hacer más emisiones a un planeta que va estar totalmente colapsado, entonces el ser humano tiene que continuar su misión evolutiva en otros planetas. Cada vez más se ve a Japón enviando robot asteroides satélites. Está Elon Musk, que es de Estados Unidos, diciendo que va a instalar una colonia en Marte, porque va a ser imperioso continuar la misión evolutiva de la vida en la galaxia. Ese es un desafío urgente, tan urgente que la comunidad científica está concentrada en buscar planetas habitables
Afirma, de hecho, que ya hay científicos como Floyd Romesberg, que están estudiando cómo aumentar la cantidad de proteínas que puede procesar el ser humano para resistir así viajes por el Universo. De hecho, «él ya está invitado al Congreso del Futuro», anuncia Girardi.
– ¿Qué está haciendo Romesberg que usted le interesa tanto invitarlo a Chile?
– ¿Qué está haciendo él? Está aumentando nuestras bases del ADN que son cuatro y para que en vez de procesar 20 aminoácidos, sean más de 170. Esto va a aumentar la probabilidad de proteínas distintas para adaptarse a atmósferas, a químicas, a gravedades de planetas distintos. Todo esto porque ya la ciencia está pensando cómo sacarle un gen a una bacteria que es termorresistente a las radiaciones cósmicas, que destruyen el ADN del ser humano, para que resistamos a futuro cuando viajemos por el Universo.
– ¿Y dónde queda el dilema ético de no trabajar en humanos?
– Ese es el desafío que tenemos: resolverlo. Cuando se habla de extender la vida y desplazar la mortalidad yo pregunto, ¿es lo que debemos? Es una pregunta ética, a la que le incluyo si va a ser para todos o para los que tengan dinero. El tema es que, más allá de eso, lamentablemente para bien o para mal, el ser humano va a tener que salir del planeta Tierra. Creo que nosotros los seres humanos tenemos una misión de llevar la vida del humano al Universo, aunque también de las plantas, animales y hacer más verde la galaxia.
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– Parece ciencia ficción…
Eso parece ciencia ficción. Lo interesante es que antes, el futuro estaba estaba muy adelante y parecía ciencia ficción. Hoy ese futuro es contemporáneo al presente. Lo que estamos hablando ahora es de ciencia real, la verdadera.
– ¿Usted leyó «Crónicas Marcianas» de Ray Bradbury? ¿Le gustó?
– Me gustó, pero insisto, estamos hablando de ciencia dura. El ser humano además está en un punto paradójico: está en la cúspide de su desarrollo pero al mismo tiempo está a punto de destruirse. Este ser humano hoy está en la frontera de la inteligencia artificial. El problema es que ésta nos puede superar y convertirnos en sus mascotas. Hay un filósofo que dice que nosotros al jaguar no lo tenemos encerrados porque somos más fuertes: es porque somos más inteligentes. ¿Qué va a pasar cuando las máquinas sean más inteligentes que nosotros?
– Estamos fritos… no sé si leyó el final del libro
– Parte de lo que era la evolución genética, que era la darwinista, terminó un capítulo. No digo que se vaya a terminar, digo que se viene la evolución tecnológica que no depende de la selección natural ni del medio ambiente, sino que el ser humano va a ser capaz de diseñar la vida en el futuro. Incluso, podríamos llegar a generar un hombre mitad máquina: un cyborg.