Ayer los diputados de la Cámara del Congreso aprobaron la nueva Ley General de Bancos, que está lista para ser promulgada. Allí, se vio a un visiblemente conforme ministro de Hacienda Felipe Larraín, que hoy explicó sus motivos: el nuevo marco regulatorio para la banca le entregará, según sus palabras, mayor estabilidad financiera y un resguardo de los vaivenes del mercado exterior.
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En una entrevista con Cooperativa, el líder de la billetera fiscal señaló que “el beneficio directo es que el límite de garantía estatal a los depósitos aumenta, y eso es un beneficio de tener fondos más seguros para los ahorrantes. Pero lo más relevante es que permite darle más estabilidad financiera al sistema”, explicó.
La nueva normativa robustece las herramientas con que cuenta la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), para prevenir eventuales insolvencias de un banco. Eso, por ejemplo, ayudaría en un plazo cercano a mejorar las evaluaciones de riesgo con que las clasificadoras internacionales califican a Chile, situando al país en un mejor terreno financiero.
“Nos permite estar mejor preparados para los coletazos posibles de una guerra comercial”, agregó el secretario de Estado.
Además, la nueva ley facultará a la CMF de compartir información sujeta a reserva bancaria con la Unidad de Análisis Financiero, además de poder evaluar la efectividad de los controles hacia los clientes. Todo para mejorar la detección de ilícitos como lavado de activos o recaudación de fondos para actividades ilícitas.