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Posee más de mil habitaciones para pacientes: así es el colosal buque hospital USNS Comfort que atenderá a venezolanos

El barco estadounidense recorrerá varios países afectados por la crisis de refugiados, poniendo énfasis en Colombia

Uno es cirujano plástico, otro es cardiólogo. Hay gastroenterólogos y clínicos. Todos viven en Estados Unidos y sienten rabia e impotencia por la crisis que ha expulsado a cientos de miles de compatriotas de su natal Venezuela.

Por eso este grupo de médicos trabaja codo a codo con militares del Comando Sur para sumarse a una misión humanitaria del barco hospital USNS Comfort, que a partió el 11 de octubre desde Norfolk, Virginia, para asistir a miles de venezolanos que han huido a Colombia y otros países vecinos a lo largo de once semanas.

La embarcación, de 270 metros de largo, tiene mil camas para atender a pacientes: 500 son para «cuidados limitados», 20 para post-operatorios, 280 para cuidados intermedios, 120 para pacientes leves y 80 para cuidados intensivos.

El gigante posee doce quirófanos, servicios dentales, de rayos digitales y de optometría, un helipuerto, morgue, farmacia, un banco de sangre con al menos cinco mil unidades y laboratorios médicos.

Para su correcto funcionamiento, el USNS Comfort es capaz de producir su propia agua potable a partir del mar utilizando sus cuatro plantas de destilación. Además, posee dos plantas de producción de oxígeno.

Los especialistas del barco, en total 200 médicos, enfermeras, técnicos y militares, esperan atender a unos 750 pacientes cada día y realizar unas 20 cirugías diarias.

La misión

El recorrido USNS Comfort incluye también a otros países afectados por la crisis de refugiados –Perú, Ecuador y Honduras–, aunque el foco de atención está en Colombia, a donde ha llegado la mayor parte de los 2,3 millones de venezolanos que han escapado de su país en los últimos años. Allí el barco hará dos paradas y permanecerá el doble de tiempo que en el resto de los puertos, un total de 18 días divididos entre Riohacha y Turbo.

“Hemos trabajado de cerca con ellos (los países) para asegurar que estemos ofreciendo la atención correcta, en el momento correcto y en el lugar correcto “, dijo a la AP el contralmirante de guardacostas Steven Poulin, director de operaciones del Comando Sur.

El Capitán William K. Shafley III, vice comodoro de la Marina estadounidense, dijo que como se trata de una misión en la que están involucrados también otros países y organizaciones es difícil determinar el costo exacto de la misión. Lo estimó en unos 33 millones de dólares.

El barco no irá a Venezuela, pero el gobierno de Maduro considera su despliegue como una amenaza y parte de un esfuerzo estadounidense de allanar el camino para una intervención militar con la excusa de ofrecer ayuda humanitaria.

La misión tiene lugar en un momento de máxima tensión en las relaciones de Estados Unidos y Venezuela. Ambos países están sin embajadores desde 2010, pero Donald Trump ha endurecido la política hacia Venezuela con una serie de sanciones que incluyen a su homólogo Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores.

Venezuela enfrenta una severa crisis económica que ha desencadenado una situación social sin precedentes: la pobreza ascendió al 87% en 2017 y nueve de cada diez venezolanos no puede pagar su alimentación diaria, según un estudio de las tres principales universidades.

La ONU ha alertado sobre el resurgimiento de enfermedades que ya habían sido erradicadas, como la malaria, el sarampión y la tuberculosis, y la grave situación económica sumada a la falta de insumos y medicinas ha impulsado también el éxodo de más de 20 mil médicos en los últimos años.

 

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