Una nueva oferta de trabajo, un viaje al extranjero o el descontento con el ambiente laboral pueden ser algunos de los motivos para renunciar a un trabajo.
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En ocasiones, esta decisión puede llegar a ser más complicada de lo que parece, por los diferentes procesos que conlleva, como por ejemplo, conversaciones con los jefes, trámites engorrosos e incluso la emocionalidad de las despedidas.
Entonces, ¿cuál es la mejor forma de hacerlo? Una recomendación es transparentar con anticipación las intenciones de dejar el puesto de trabajo en el que se está, puesto que esto puede ayudar a minimizar los problemas del resto del equipo. Además, antes de tomar la decisión se deben identificar las señales que están influyendo en querer realizar un cambio.
“Es aconsejable analizar muy bien los distintos aspectos para así poder argumentar de forma segura las razones por las que se dejará el trabajo. No es lo mismo quien deja el puesto por una mejor oferta, a quien se va por tener malas relaciones u otros intereses. Lo importante es ser sincero y empático con quien deberá asumir las responsabilidades que dejamos en proceso. De hecho, es muy bien visto ofrecer la posibilidad de colaborar en la inducción de la persona que llegue a ocupar el puesto”, comenta María Jesús García-Huidobro, gerenta de marketing de Laborum.com
Lo anterior ayudará a cuidar la reputación laboral del colaborador, pues si la renuncia se hace de manera informal, apresurada, o por una vía equivocada, puede que las recomendaciones para un nuevo trabajo no sean las mejores. Hay que considerar que al dejar un cargo, el empleador deberá realizar un proceso de búsqueda de reemplazo, de reorganización las tareas en desarrollo o pendientes de quien se va y una inducción a quien llega.
Lo que no hay que hacer
García-Huidobro además pone el acento en lo que no hay que hacer a la hora de decir que te vas de la empresa.
“Se deben evitar las renuncias por correo o por mensajes de WhatsApp. Siempre hay que darle valor al trabajo que se ha realizado durante el tiempo que se estuvo en una compañía y es importante cuidarlo. Renunciar de manera correcta demuestra que se es un trabajador responsable y en el que se puede seguir confiando, dondequiera que se desempeñe», remarca la ejecutiva de Laborum.
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Si bien la forma en que se debe llevar a cabo una renuncia dependerá algunas veces de la compañía en la que se esté trabajando, del área de desempeño y del cargo del colaborador, este tipo de negociaciones siempre deben cerrarse a través de un proceso formal.
Los pasos a seguir son, primero, armar una carta de renuncia que esté firmada ante notario. El documento debe incluir la fecha de presentación de la renuncia, además del último día que se trabajará, para luego entregarla al área de recursos humanos de la empresa. De ser posible, es recomendable entregarla con 30 días de anticipación.