El papa Francisco destituyó a dos sacerdotes chilenos acusados de abusar sexualmente de menores de edad y en un aparente intento por mostrar mayor transparencia sobre cómo está respondiendo a la crisis mundial de curas pederastas, explicó públicamente cómo y por qué fueron expulsados de la Iglesia.
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Al arzobispo emérito de La Serena, Francisco José Cox, miembro del Instituto de los Padres de Schoenstatt y a Marco Antonio Órdenes, obispo emérito de Iquique, se les aplicó el artículo canónico sobre “Sacramentorum Sanctitatis Tutela”, como «consecuencia de actos manifiestos de abusos a menores».
La declaración dejó en claro que los dos sacerdotes fueron expulsados por abusar de menores de edad, con evidencia tan abrumadora que fue innecesario un juicio canónico.
El Santo Padre ha dimitido del estado clerical a Francisco José Cox Huneeus, arzobispo emérito de La Serena (Chile), miembro del Instituto de los Padres de Schoenstatt, y a Marco Antonio Órdenes Fernández, obispo emérito de Iquique (Chile).https://t.co/391W6PjD2Q
— Iglesia de Santiago (@Iglesiastgo) October 13, 2018
La decisión fue adoptada por el Sumo Pontífice el pasado jueves 11 de octubre de 2018, y no admite recurso. La Congregación para la Doctrina de la Fe notificó a los involucrados a través de sus respectivos superiores.
«Nuestra palabra es de cercanía hacia quienes han sufrido el abuso y daño causado por obispos. A ellos, a sus familias y comunidades, les pedimos perdón en nombre de los Obispos y de la Iglesia», indicaron desde el Comité Permanente del Episcopado.
Pese a la resolución, se precisó que Cox, que reside en Vallendar (Alemania), continuará formando parte del Instituto de los Padres de Schoenstatt. Cabe consignar que el 19 de junio pasado la fiscalía de La Serena recibió la denuncia de Hernán Godoy (46), quien sostuvo que el obispo emérito “siempre estaba rodeado de niños y que le decían el Michael Jackson”.
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Las expulsiones de Cox y Órdenes se suman a las de Fernando Karadima y Cristián Precht.