La empresa automotriz Audi deberá desembolsar US$ 925 millones a la fiscalía de Munich, Alemania, por la venta de autos con emisiones de diésel excesivas.
PUBLICIDAD
La compañía aceptó la sanción de las autoridades germanas, luego de descuidar sus obligaciones de supervisión en la venta de vehículos con motores fabricados. «Audi reconoce así su responsabilidad en el incumplimiento de sus obligaciones de supervisión», indicaron en un comunicado.
El caso, conocido como Dieselgate, afectó a unos 4,9 millones de autos vendidos en Europa, Estados Unidos y en otras partes entre 2004 y 2018.
En septiembre de 2015, la empresa matriz Volkswagen admitió haber instalado un software en unos 11 millones de autos diésel que les permitió superar las pruebas de emisiones, aunque sus datos reales eran mucho más altos.
Según el comunicado de la fiscalía, la resolución del caso no afectó una investigación abierta a los ejecutivos de la automotriz. El exdirector general de Audi, Rupert Stadler, sigue encarcelado mientras la compañía investiga su participación en el escándalo diésel. Volkswagen ha pagado más de 30.000 millones de dólares en multas, acuerdos y costos de retirada desde que surgió el escándalo. El exdirector general Martin Winterkorn y otros ejecutivos se enfrentan a cargos criminales en Estados Unidos, aunque legalmente no pueden ser extraditados. Dos ejecutivos de Volkswagen fueron encarcelados en Estados Unidos.
Los fiscales dicen que el incumplimiento de una supervisión adecuada por parte de Audi AG permitió que los individuos delinquieran. Dijeron que ha pagado 5 millones de las multas que le impusieron por el descuido de sus obligaciones de supervisión y 795 millones representan la pérdida de las ganancias económicas de Audi debido a la violación, incluidos beneficios de vender autos, ventajas competitivas y ahorros en los costos de producción de vehículos que realmente se hubieran apegado a los requerimientos legales.