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¿Por qué Trump no toma acciones fuertes contra Arabia Saudita en el caso del periodista desparecido?

El mandatario estadounidense pasó de prometer duras sanciones a criticar las acusaciones contra la nación de Medio Oriente

El caso del periodista saudí Jamal Khashoggi desaparecido cada vez toma tintes más oscuros ante la mirada pasiva de un Estados Unidos que promete duras sanciones, pero a luego considera prematuras las acusaciones contra Arabia Saudita.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien previamente había advertido de “castigos severos” si se determinaba que Riad era culpable de la desaparición de Khashoggi, criticó las acusaciones contra la nación al considerar que merecía ser considerado inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Aquí vamos de nuevo con, ya sabes, eres culpable hasta demostrar lo contrario (…) Creo que tenemos que averiguar qué pasó primero», indicó el mandatario en entrevista con la agencia AP.

No muchos líderes estadounidenses osarían tildar a Arabia Saudita de inocente. Esa nación se involucró en una sangrienta guerra civil en Yemén, en la que han muerto miles de civiles y que exacerbó una hambruna que ya de por sí había causado numerosos decesos.

A nivel interno, la monarquía regula es estrictamente la libertad de expresión y dispone cómo se debe vestir la gente. Sus servicios de seguridad, por otro lado, han sido acusados de torturas.

A esto se suma que el mismo martes en que el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, se reunió con los líderes saudíes para hablar del caso, el país norteamericano recibió un pago de cien millones de dólares por parte de Arabia Saudita.

Según explica The New York Times, se trataría de un dinero que el país arábico prometió a Washington en agosto por «los esfuerzos estadounidenses para estabilizar las áreas liberadas del Estado Islámico en Siria».

Sin embargo, la fecha que escogieron los líderes saudíes para realizar el depósito desató la desconfianza y especulaciones a nivel mundial respecto a la importancia de los DDHH frente a consideraciones económicas o de seguridad.

«El momento de esto no es una coincidencia», señaló a New York Times un funcionario estadounidense involucrado en la política de Siria  en condición de anonimato.

El acto más simbólico sucedió este jueves, cuando los ministros de Hacienda francés y holandés, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional y el secretario del Tesoro estadounidense se sumaron a la larga lista de altos funcionarios y directivos que cancelaron su asistencia a una conferencia de inversionistas en Arabia Saudí entre preguntas sobre el papel del reino en la desaparición del periodista.

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El dinero sobre los DDHH

Trump dejó en claro que le da prioridad a la economía del país por sobre consideraciones morales. “No quiero impedir que enormes cantidades de dinero lleguen a nuestro país”, afirmó la semana pasada.

“Sé que hablan de distintos tipos de sanciones, pero (los saudíes) están gastando 110.000 millones de dólares en equipo militar y en cosas que generan empleos en este país. No me gusta la idea de frenar una inversión de 110.000 millones de dólares en Estados Unidos”.

Inclusive, este jueves el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció que EEUU le da a Arabia Saudita «unos días más» para terminar su investigación sobre el caso antes de rendir cuentas.

Mike Pompeo, secretario de estado de EEUU, junto al príncipe heredero de Arabia Saudí Mohammed bin Salman

El reino es «un aliado importante y estratégico de EEUU y también necesitamos ser conscientes de ello», señaló Pompeo desatando aún más la desconfianza y especulaciones.

Trump niega preferencia alguna por dictadores, pero deja flotando la sensación de que el liderazgo de Estados Unidos no va más allá de sus fronteras.

Las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí son complejas. Las dos naciones tienen muchos vínculos militares, económicos y en temas de energía e inteligencia. El gobierno de Trump ha buscado con énfasis el apoyo de los sauditas a su política hacia el Medio Oriente de contrarrestar la influencia iraní, combatir el extremismo y tratar de impulsar un acuerdo de paz entre Israel y los palestinos.

El gobierno de Trump da mucha importancia a la estrecha relación que forjaron el yerno del mandatario Jared Kushner y el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, quienes mantienen contactos frecuentes. A pesar de apoyar una prohibición al ingreso de personas provenientes de países con mayoría musulmana, el primer viaje de Trump al exterior como presidente fue a Arabia Saudí.

 

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