Primer lugar latinoamericano en riqueza. Así ubicó a Chile el «Global Wealth Report 2018» del banco Credit Suisse, que cada año mide el patrimonio que cada país contribuye al mundo. Y claro, porque en el dato duro, un adulto chileno ostenta el triple de capital que el promedio de la región.
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Si se divide la riqueza del país entre los mayores de edad, cada uno poseería unos 62.220 dólares, muy por sobre los US$ 18.050 de media que tiene el barrio. Pero además, el informe revela un llamativo cálculo: en el país hay unas 67 mil personas que superan el umbral del millón de dólares de patrimonio, lo que, comparado con 2017, habla de 10 mil nuevos chilenos que entraron este año al selecto grupo. ¿Qué nos dice que en un año haya un 17% más de ricos?
El tope de siempre
«El problema es que el promedio es muy alto, los 60 mil dólares de patrimonio no tiene nada que ver con la realidad país», dice Washington Saavedra, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Central. «Ese patrimonio habla de lo que ganaría un gerente de mandos medios en una empresa. Y esa es apenas la realidad del 5% de la población», dice en la misma línea Pablo Barberis, académico de la Universidad de Chile.
Ambos expertos coinciden en que, si bien la cifra de los 10 mil nuevos ricos este año no resulta algo anormal, sí da cuenta de que «la distribución de la riqueza es uno de los grandes asuntos pendientes de la economía», ya que tergiversa muchos indicadores.
¿Qué implica superar los 675 millones de pesos en riqueza? «De partida, es gente con una gran capacidad de ahorro y que no le es atractivo manejar su dinero en el banco, sino que la invierten», dice Saavedra. «Destinan parte de su patrimonio a los bienes raíces, como una inversión segura, y en acciones, como algo más arriesgado pero con mejores ganancias», complementa Barberis.
El docente de la U. Central agrega que el boom inmobiliario ya no tiene el mismo atractivo de hace cinco años, por lo que la cartera de inversión de los ricos se expandió al extranjero. Eso, a su vez, explica que los vaivenes económicos no afectan a los que más tienen «porque protegen sus acciones y diversifican su cartera de inversión».
Para caracterizar al chileno del millón de dólares, Saavedra dice que debería tener unas 3 propiedades, su residencia principal en el sector oriente y un auto por cada miembro familiar, entro los que está el crossover, uno sedán para el trabajo y su «marca social» o auto de lujo.
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Barberis agrega que la cantidad de personas con altos ingresos «justifica que las marcas del lujo se instalen en Chile porque tienen un mercado emergente seguro». De hecho, la industria del ostento cerró 2017 con un crecimiento del 9%, lo que equivale en ventas a US$654.
«La cifra de ricos no es tan alta, sigue siendo una cifra pequeña de la población. Lo llamativo es que sus ingresos arrastran mucho al promedio, porque la realidad es que el 60% de la población es C3 o D, y ganan unos 400 mil pesos», cierra Barberis.