La playa de Coq, en Bélgica, fue el escenario de un impactante hallazgo. Por primera vez en veinte años una ballena muerta apareció en las costas de ese país.
El animal, de 28 metros de largo y 35 toneladas de peso, fue detectado por un equipo del Instituto Real de Ciencias Naturales de Bélgica el miércoles. De acuerdo al informe de los científicos, el animal comenzó a hundirse cuando se encontraba a pocos kilómetros de a costa.
«Está en buen estado, no muy descompuesto. Se le hará la autopsia en unas horas, con el objetivo principal de conocer la causa de la muerte», dijo Thierry Jauniaux, profesor de la facultad de veterinaria de Lieja.
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La ballena corrspondía a un rorcual, un tipo de cetáceo que puede vivir hasta 90 años y que se encuentra protegido.
Debido al peligro de descomposición, el ejemplar será cortado en pedazos.