Matrimonios y divorcios caminan juntos de la mano. Al hito que implica el vínculo con otra persona, lo sigue de cerca la ruptura. Y mientras el primero habla de fiesta y amor, el segundo es una cita obligada con el desencuentro y el dinero.
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Según cifras del Registro Civil, en 2016 hubo un total de 64.464 matrimonios. En la otra vereda, ese mismo año se contabilizaron 48.608 rupturas legales. Así, los divorcios cobran relevancia entre las heridas emocionales y patrimoniales de los chilenos. La pregunta es: ¿qué precio tiene liquidar la unión amorosa?
Múltiples escenarios
El proceso implica notarios, jueces, abogados y peritos. A veces todos ellos, y en ocasiones solo unos cuantos. Además toma una buena cantidad de tiempo, a veces años, y no en pocas ocasiones implica sumas millonarias. Una ecuación que castiga de sobremanera a la clase media.
«No existe una tarifa definida. Los honorarios son tan variables como abogados existen», dice Francisco Talep, académico de la U. Central. Los procesos son diversos, dependiendo de si la demanda es unilateral, bilateral y los tres regímenes: separación total de bienes, la sociedad conyugal o la partición de gananciales, según explica el abogado José Rivera de la U. San Sebastián.
De los miles de divorcios anuales, cerca del 40% los procesa la Corporación de Asistencia Judicial. «Eso implica que todos los profesionales van a ser del aparato estatal. La Corporación evalúa el perfil de las personas y por eso para los de escasos recursos el divorcio sale gratis», dice Ximena Cuevas, académica de la escuela de Derecho de la U. Mayor.
¿Y el otro 60%? El trámite implica presentar la demanda, una audiencia preparatoria, y el juicio de cierre. El mejor de los casos es un proceso sin hijos, con separación de bienes y sin conflictos de por medio. «Ahí no debiera durar más de 6 meses», dice Cuevas. Ahora bien, cuando ambas partes difieren, el proceso supera sin problemas el año.
«En promedio, se paga entre 800 mil y un millón, solo considerando los honorarios del abogado», afirma Alejandra Gormaz, directora de la carrera de Derecho U. San Sebastián. Si bien los precios difieren entre los abogados consultados para esta nota, el costo promedio para la clase media gira entre los $500 mil y $3 millones.
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«Se puede apelar a un recién titulado que te haga un precio, hasta un estudio jurídico top. Pero si te cobran menos de 300 mil es sospechoso», cuenta Talep. ¿Y las rupturas de la clase alta? «Unos $6 millones, y si es discutido, puede llegar hasta los ocho», agrega Cuevas.
La parte difícil
No todo se trata de abogados. «Como toda situación judicial, se puede entrampar un montón», dice Talep. Aquí entra en juego la tuición de los hijos, compensaciones económicas, la disolución de la sociedad conyugal y demandas por pensión alimenticia. A su vez, se suman al tablero los informes de oficio, clínicos y la intervención de peritos.
«En el caso de los alimentos, la ley establece un 40% de una remuneración mínima por hijo. Si son dos o más, el 30% por cada uno. Pero nunca pasando a llevar más del 50% de los ingresos del padre», explica Cuevas. Solo en 2013, hubo más de 20 mil detenciones a padres por no pagar la pensión alimenticia. Los abogados dicen que las sanciones son el arresto nocturno o total, perder la licencia de conducir, el arraigo nacional y la retención impuestos.
Lo último no es menor: en la Operación Renta de este año aumentó un 24% las retenciones por concepto de pensiones alimenticias, castigando a un total de 664 personas. Junto con eso, la disputa por la tuición parcial o completa de los hijos suma más trámites al proceso. Allí, el juez requerirá un informe social hecho por un perito de corte, y eso, según Cuevas, «difícilmente sale menos de $400 mil».