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Especialistas justifican bajas penas en Ley de Delitos Informáticos: hackeo llegaría sólo hasta 3 años

El perfil de los delincuentes que cometen este tipo de delitos y además la inexistencia previa de la tipificación de delitos se encuentra entre parte de las razones que deja conforme a los que saben.

El hackeo a todo o parte de un sistema informático parte con una pena de 61 días a 540 días de presidio, o bien una multa de 11 a 20 UTM Es lo que se conoce como presidio menor en su grado mínimo y generalmente, como es tan baja, nadie va a la cárcel, sino que se cambia por otras penas. Ahora si se hace con el objetivo de robar datos, se aumenta a presidio menor en su grado mínimo a medio, que significa 61 días a 3 años. Por último, si se vulneran medidas de seguridad en el intento, se llega a presidio menor en su grado medio, es decir 541 días a 3 años.

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Esa es sólo una de las condenas que considera la Ley sobre Delitos Informáticos presentada este jueves por el Presidente Sebastián Piñera. El proyecto, que debe discutirse en el Congreso, tipifica delitos como la perturbación, la interceptación o intervención ilícita de sistemas informáticos, el abuso de dispositivos, la falsificación y el fraude informático.

El que recibe la pena más dura es el último de esa lista, que podría llegar hasta cinco años y una multa de 30 UTM si el valor de perjuicio excede los 400 UTM. La interceptación de un e-mail o Whatsapp parte en 61 días a tres años y se llega hasta los cinco años si la conducta se trata de la captación de datos.

Voz de la experiencia

¿Qué dicen los expertos? Gabriel Bergel es un hacker dedicado la seguridad informática. Fundador de la 8.8 Computer Security Conference -reunión anual de hackers de «sombrero blanco»-, rescata que al menos se tipifiquen delitos.

“El año 1993, cuando se creó la ley que todavía rige para esto, acababa de lanzarse MTV ¡Es como si fuera de hace un siglo! Acababa de lanzarse Windows NT, de celulares no se hablaba porque no era tema. Entonces estaban quedando muchos delitos sin tipificarse, por lo tanto era muy necesaria una ley”, afirma.

De hecho da un ejemplo. «El caso de fraude es muy relevante: acá costaba mucho procesar a alguien por ese delito. Había que llevarlo a una figura distinta, como lavado de activos, lo que lo hacía complejo de procesar. Dentro de la nueva ley, existe esta figura. También está la de hackeo o ‘perturbación’ de los datos».

La academia

«Las penas en general son bajas. Yo pondría penas mucho más altas», dice por su parte Renzo Gandolfi, experto en delitos informáticos y académico de la Facultad de Derecho de la U. Central, aunque rescata que en materias como el fraude, también haya penas pecunarias.

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Pero, ¿por qué tan bajas? Una de las tesis tiene que ver con que existen distintos perfiles de delincuentes informáticos.

«El hacker lo hace no muchas veces por hacer daño: es por un afán de lograr metas dentro de una escala de prestigio. Cuando se dan cuenta que están en un problema grave, toman consciencia de ello. Aunque también hay gente muy mala que hackea que se dedican al fraude», precisa el profesor.

De hecho, según Bergel, los «hacker de sombrero negro» en su mayoría corresponden a verdaderas mafias. «Son bandas organizadas, internacionales, lideradas por extranjeros, en su mayoría de Europa del Este y por es muy difícil perseguirlo. Ahí se concentra mucho lo de fraude electrónico porque su perfil es el de un cibercrimenal», sentencia.

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