Pudo ser una historia de riña de bares y alcohol como cualquier otra, salvo que el escenario donde se desarrolló fue el más austral e inhóspito del planeta: la Antártica. Luego de casi dos semanas internado en el Hospital Clínico de Magallanes, el científico ruso Oleg Beloguzov, y protagonista de la primer riña con arma blanca en la historia del continente blanco, fue dado de alta.
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La noticia que dio la vuelta al mundo por estos días se desencadenó el pasado 9 de octubre. Ese día, en la base antártica rusa Bellingshausen, que está a decenas de kilómetros de la base chilena, los integrantes de la delegación extranjera se aprestaban a sentarse para la cena. Según relata la prensa rusa, allí, y sin mediar provocación, Sergei Savitsky usó su cochillo y se abalanzó sobre Beloguzov.
Colapso en el Continente Blanco
De nada servían los conocimientos de primeros auxilios de los integrantes de la base rusa, ya que el ataque de Savitsky dejó al científico con una herida cortopunzante de proporciones. Sangrando a destajo, y con una herida que llegaba a los ventrículos de su corazón, la delegación rusa no tuvo más remedio que solicitar la ayuda de la base chilena en el Continente Blanco. De inmediato, un grupo de compatriotas acudió al rescate, y llevaron al científico ruso a toda prisa con destino al Hospital Clínico de Magallanes.
Mientras Beloguzov se batía entre la vida y la muerte, lo único que se sabe del atacante, según la prensa rusa, es que se resistió durante dos horas antes de entregarse al jefe de la misión. En la versión oficial, el motivo que habría tenido Savitsky para tomar su cuchillo y apuñalar a Beloguzov no sería otra cosa que un colapso emocional. Esto porque ambos, junto a otros 12 científicos, llevaban seis meses conviviendo juntos en la Antártica.
El aislamiento, combinado con soportar condiciones climáticas extremas, es para muchos psicólogos un caldo de cultivo para la aparición de trastornos mentales y disociaciones sociales. Lo cierto es que al poco tiempo, Savitsky fue enviado nuevamente a Rusia para ser procesado por intento de homicidio, aunque también se deberá sopesar el colapso emocional con un peritaje sicológico.
Un buen final
Pese a llegar en estado grave, con mucha pérdida de sangre y anémico, la oportuna cirugía de emergencia, realizada por los médicos José Ignacio Iñiguez y Dimitrije Pavlov, le salvó la vida al científico ruso que hoy es protagonista en varios portales alrededor del mundo.
«El pasado 9 de octubre Beloguzov fue trasladado vía aérea desde la base antártica rusa con una herida cortopunzante grave. Al llegar a la Unidad de Emergencia Hospitalaria el equipo se percató que el paciente tenía una grave lesión en el corazón por lo que de manera inmediata fue sometido a cirugía de emergencia (…) Ésta fue la 1º vez que un ciudadano ruso, sin manejo del inglés o español, estuvo internado por un largo período de tiempo», relató el hospital en una publicación de sus redes sociales.
Según el propio centro asistencial de Magallanes, Beloguzov dijo «muchas gracias por salvar un corazón ruso», luego de la operación. Caminando, de pelo largo, y visiblemente recuperado, el científico de 52 años salió caminando del hospital sin dar declaraciones.