El autor de la masacre en una sinagoga en Pittsburgh no tuvo ninguna intención de ocultar su antisemitismo luego de ser atrapado por la policía tras matar a 11 personas. Afirmó, de hecho, que odiaba a los judíos durante el ataque armado y después dijo a la policía que ellos estaban cometiendo genocidio y quería que todos murieran, de acuerdo con documentos de procesamiento que se divulgaron este domingo.
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Robert Gregory Bowers, la identidad del atacante, mató a tiros el sábado a ocho hombres y tres mujeres dentro de la Sinagoga Árbol de la Vida, en pleno oficio. Eso hasta que un equipo policial lo retuvo a tiros baleara, según detalló el propio cuerpo de defensa pública en una declaración jurada.
En una conferencia de prensa, las autoridades dieron a conocer los nombres de las víctimas, todas mayores de 30 años. Entre ellas había hermanos y una pareja de esposos, y la víctima de mayor edad tenía 97 años.
El alcalde de Pensilvania, Bill Peduto, valoró la masacre como el «el día más negro de la historia de Pittsburgh».
Los detalles
La gente comenzó a llamar al número de emergencias 911 desde la sinagoga poco antes de las 10 de la mañana, reportando que «estaban siendo atacados», de acuerdo con documentos presentados en corte. Bowers, de 46 años, disparó en la mano a uno de los dos primeros policías que respondió, y el otro resultó herido por «metralla y fragmentos de vidrio».
Un equipo de respuesta táctica encontró a Bowers en el tercer piso, donde hirió a dos policías varias veces, según detalla el documento. Uno de los agentes estaba herido de gravedad; mientras el reporte no habla sobre la condición del otro policía. Un hombre y una mujer que estaban en la sinagoga y fueron heridos por Bowers se encontraban en condición estable.
El atacante entró armado con un fusil de asalto AR-15 y tres armas de fuego cortas. Las primeras indagatorias dan cuenta de que usó las cuatro armas para matar a las 11 personas.
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Anes de entrar, eso sí, escribió en sus redes sociales dos mensajes. «No me puedo quedar sentado y mirar cómo mi gente es masacrada», expresó seis minutos antes del tiroteo en el día del sabbat. «Me da igual lo que les pueda parecer. Voy a ir dentro», agregó. Esos detalles fueron revelados por medios estadounidenses que tuvieron acceso a su perfil antes de que fuera clausurado por la policía.
El detalle más inquietante del documento, sin embargo, da cuenta del momento en que Bowers fue reducido a balazos. Tirado en el piso, con varias heridas de balas, dijo a un policía ue controlaba su sangramiento «que quería que todos judíos murieran y también que ellos (los judíos) estaban cometiendo genocidio contra su gente».
Los cargos
El sábado le formularon 11 cargos estatales de homicidio agravado, seis cargos de ataque agravado y 13 cargos de intimidación étnica en lo que el líder de la Liga Anti Difamación calificó del ataque más mortal contra los judíos en la historia de Estados Unidos.
Aparte, a Bowers también le presentaron 29 cargos federales como obstrucción a la libertad del ejercicio de creencias religiosas _un crimen federal de odio racial_ y usar un arma de fuego en asesinatos. El secretario de Justicia Jeff Sessions dijo que los cargos «podrían conllevar a la pena de muerte».
No estaba claro si Bowers tenía un abogado que lo representara.
