El 55% de los votos que se llevó en Brasil el ultraderechista Jair Bolsonaro no dejaron indiferente al mundo internacional y nuestro país no fue la excepción. Sobre todo después de que el futuro jefe de gabinete del brasileño, Onyx Lorenzini, anunciara que el primer destino de Bolsonaro será Chile.
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Distintas piezas del lado izquierdo del tablero político chileno hicieron un mea culpa sobre el triunfo de Bolsonaro y el avance de la derecha en Latinoamérica.
Izquierda con identidad
“La izquierda debe construir una identidad de cara al siglo 21 y eso tiene que ver con un proyecto moderno que se haga cargo de las dimensiones de la expansión de los derechos sociales, pero que también se ocupe de temas como el cuidado del planeta, el crecimiento económico y la seguridad y el orden público”, dice a Publimetro el diputado socialista, Marcelo Díaz.
“Creo que la auto critica debe ser global. Lo que se derrumbó en brasil fue el sistema de partidos. Este triunfo confirma que cuando el sistema de partidos democráticos se derrumba, el populismo gana; ocurrió con Venezuela, ahora con Brasil”, compara Díaz.
Implacables con la corrupción
Para la vocera nacional de Pueblo Libre y dirigenta histórica de Ukamau, Doris González, el resultado es un claro voto de castigo.
“Sin duda se cometieron errores porque cuando un gobierno que nace desde las luchas del pueblo y los trabajadores comienza a negociar y consensuar con los poderosos, ahí se vislumbra que va en mal camino. En eso hay que ser implacable, no se puede permitir la corrupción, es algo que carcome toda democracia”, sentenció.
«Fachos pobres»
Según el diputado del Movimiento Autonomista, Gabriel Boric, hay muchas lecciones que sacar de este triunfo, pero deben mirarse “en nuestro propio contexto chileno”.
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“Hay ciertos ingredientes que no están unidos, pero si se llegaran a unir tendrían características parecidas, por ejemplo la elección de Piñera”, planteó el frenteamplista. “Tratar de “fachos pobres” a los que votaron por el candidato de derecha es un error porque tenemos que hacernos cargo de discursos en los que no hemos entrado como son la delincuencia, el crecimiento económico, ni dejar espacio para la corrupción, venga de donde venga”, cuestionó el autonomista.
“No puedes decir que más de 50 millones de personas, que son quienes votaron por Bolsonaro, son un grupo radicalizado, hay una mayoría que se está expresando, que no se puede mirar en menos y frente a la cual la izquierda ha sido débil a la hora de plantear alternativa”, recalcó el diputado a la vez que aseguró que ese problema “no se soluciona con discurso sino que con trabajo en las poblaciones, el territorio y no solamente en el parlamento”.
Fakes News
Para la diputada por el partido Poder, Claudia Mix, el triunfo de Bolsonaro se debe a diferentes razones, y la primera va en la línea de la retrospectiva de la izquierda. “Tiene relación con el desgaste de las instituciones democráticas en Brasil y la incapacidad del progresismo de llevar a cabo procesos plenos de transformaciones y no quedarse en las reformas que dieron resultados en una primera etapa”, recalcó. Al mismo tiempo la trabajadora social puso ahínco en el error de la izquierda al no leer el crecimiento subterráneo de grupos de ultraderecha que “se hicieron del relato del sentido común”.
“La construcción de este relato tiene que ver también con la manipulación de la información, del uso de bases de datos para difundir fakes news, cosas que Bolsonaro utilizó igual que Donald Trump en Estados Unidos”, recordó.
Mirada internacional
“Hay un cierto desencanto por cómo han estado funcionando las instituciones en Brasil, de una sociedad fuertemente golpeada por la crisis económica y la inseguridad, que necesitaba la construcción de un relato que le asignara un futuro más provisorio», dice a Publimetro Maximo Quitral, cientista político y académico de la Universidad Tecnológica Metropolitana.
En la misma línea el experto plantea que Bolsonaro fue inteligente al darse cuenta de ese relato por sobre «una izquierda que se desconectó de cuáles eran los problemas reales de la sociedad y se desenfocó de cual sería la principal hoja de ruta».