Los miembros de Gendarmería en Chile son casi 20 mil. De estos, casi 15 mil realizaba funciones en contacto diario con la población penal, es decir, reos de cárceles. Sin embargo, a las 00:00 de este lunes 97% todo ese grupo se plegó al paro convocado por los cinco más grandes agrupaciones de estos trabajadores, según indicó el Frente de Trabajadores Penintenciarios.
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¿Qué piden? Son 11 puntos y la mayoría apunta a la posibilidad de ascender en grados en menos tiempo, acceder a mejores sueldos y regular sus imposiciones. Aún así, para el Gobierno, la movilización está fuera del marco de la ley.
Declaraciones cruzadas
«Este paro es ilegal, no se ajusta a ningún tipo de normativa legal existente para los funcionarios públicos», indicó al respecto la ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez.
Sin embargo, los miembros de la Asociación Nacional de Funcionarios Penintenciarios (Anfup) -uno de los grupos movilizados- le respondieron. «Rechazamos potentemente los dichos de la vocera de gobierno, instando al ejecutivo a que escuche el clamor de los gendarmes y sus familias, resolviendo de una vez por todas las taras históricas en materias de carrera funcionaria y condiciones de seguridad carcelaria».
Cruda rutina
Pero, ¿cómo es la rutina de un gendarme? Un funcionario de 38 años, cabo primero, que lleva 16 años de servicio y que prefirió ocultar su identidad sostuvo a Publimetro que la violencia y el exceso de trabajo son el pan de cada día.
«Hay días que mi jornada puede durar 24 horas y otras hasta 30, todo depende de la jornada de servicios», precisó.
Conductor del vehículo que traslada a los internos de una cárcel de Valparaíso, su trabajo puede empezar incluso de madrugada.
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» Yo trabajo en una cárcel pequeña de la Quinta Región, que está lejos de todo. A veces los tribunales solicitan a un interno a las 08:30 por lo tanto yo tengo que salir a las 06:30 de la unidad penal para llegar a la hora», relató a Publimetro.
No es todo. El contexto dentro de la cárcel es de mucha violencia. «Por lo menos el promedio de peleas es de tres veces a la semana, como mínimo dentro de un penal chico, pero si hablamos de cárceles grandes, es prácticamente todos los días», indicó.
Con esta rutina, lo que ha tenido que ver es crudo. «He visto muertos con estoques, he visto ataques con estoques dentro del óvalo, pero lo que más me marcó fue ver a los 81 internos quemados en la tragedia de 2010», indicó.
¿Vocación?
Con esas condiciones, ¿qué lleva a un gendarme a convertirse en uno?. «Creo que, pensando como una persona normal, a nadie le gustaría ser gendarme», respondió con sinceridad.
«Yo llegué porque en los años de la crisis asiática los trabajos escaseaban. En ese entonces tenía un amigo que me presentó esta posibilidad: mi familia no tenía para pagarme estudios superiores. Entonces postulamos con un par de amigos y quedamos. Después, dentro de la institución uno igual aprende a querer el color de la camiseta y uno termina adorando a la institución», aclaró.
Petición al Gobierno
Por lo mismo, pide al Gobierno que los escuchen. «Lo que pedimos es justo», sentenció.
Entre los movilizados se encuentran la Asociación de Funcionarios Penitenciarios (Anfup), Asociación Nacional de Oficiales Penitenciarios (Anop), la Asociación de Directivos, Profesionales, Técnicos, Administrativos y Auxiliares de Gendarmería de Chile (Adiptgen), Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería (Ansog) y la Asociación de Gendarmería de Chile.