En Tomarly, Kazajistán, los integrantes de una familia vivieron- al mismo tiempo- el susto y la alegría de su vidas. Todavía no se recuperaban de la muerte de Aigali Supugaliev, cuando este reapareció ante sus ojos.
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Tras ser reportado como desaparecido el 9 de julio pasado, el hallazgo de un cadáver descompuesto llevó a que sus parientes solicitaran una prueba de ADN. El resultado unió el rompecabezas: arrojó una probabilidad del 99,92% de que se tratara de Supugaliev.
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Ante esa evidencia su círculo íntimo organizó un funeral y sus restos fueron enterrados, consiga el medio local Azh.kz.
De ahí la impresión que se llevaron sus deudos al verlo en perfeco estado. «Cuando Aigali llegó a casa con vida y saludablemente, mi hija Saule, al ver a su tío ‘muerto’, casi se derrumbó con un ataque al corazón. El análisis de ADN había confirmado que este era mi hermano. Creímos los resultados y realizamos todos los ritos funerarios y conmemorativos. Gasté tanto dinero en eso, pero no se trata del dinero», sostuvo su hermano, Esengali Supugaliev.
«Возвращение живого мертвеца в Атырау»: минюст создал специальную комиссию — новости на сайте Ак Жайык https://t.co/jwD7gtFIvz
— Ак Жайык (@AkZhaiyk) November 6, 2018
Antes de posar con su propia lápida, Aigali confesó que se encontraba trabajando en una granja lejana.
El científico que realizó la prueba de ADN, mientras, debió entregar explicaciones. «Es imposible afirmar de manera inequívoca que este es el cuerpo de una persona, basándose únicamente en los resultados del examen de ADN. No debemos olvidarnos del 0,08% restante», dijo Akmaral Zhubatyrova.