Desde la Facultad de Ciencias en Juan Gómez Millas hasta Boston, Estados Unidos. Ese fue el viaje que realizó un grupo de estudiantes de la Universidad de Chile para participar en uno de los eventos de ciencias más importante de la educación superior a nivel mundial.
PUBLICIDAD
El proyecto de los chilenos, que obtuvo la medalla de bronce como distinción, busca lograr la identificación de la marea roja de manera rápida sin la necesidad de prueba en ratones, formula utilizada actualmente y que termina con la muerte de los roedores.
Enzo Galliani, estudiante de Ingeniería en Biotecnología Molecular, explica que “el método actual es costoso, requiero de un laboratorio y es poco ético ya que consiste en inyectar los posibles contaminantes en los estómagos de los roedores”. Según el trabajo de investigación del equipo premiado en Estados Unidos, en Chile mueren al rededor de 100 mil roedores cada año para poder detectar la marea roja, número que se duplica en las temporada donde aparece este fenómeno.
La marea roja y el cambio climático
El proyecto consta básicamente de una “tirita de papel de color blanco que contiene los reactivos que se requieren y que han sido trabajados previamente en el laboratorio. Una vez que el pescador o la persona que va a usar el dispositivo tiene la muestra, la muele con un instrumento para dejarla en forma líquida. Este papelito se sumerge en la muestra y debería cambiar de color al estar contaminado con la toxina, como si fuera un indicador de PH”, especificó Leonardo Guzmán, estudiante del mismo curso de la Facultad de Ciencias.
El profesor guía del proyecto sustentable, Francisco Chávez, asegura que los eventos de marea roja «se dan cada vez de forma más frecuente y se cree que su presencia puede tener relación con el cambio climático».
Desde el equipo universitario aseguran que para alcanzar el desarrollo definitivo del producto es necesario seguir haciendo trabajo de laboratorio, ya que la tecnología en la que están trabajando bastante reciente. «Como equipo proyectamos que en dos años el dispositivo podría estar listo para poder ser utilizado», aseguran los futuros científicos.