El ministro israelí de Defensa, Avigdor Lieberman, renunció por sorpresa a su cargo el miércoles en protesta por el alto el fuego alcanzado con insurgentes en la Franja de Gaza, una decisión que sacudió el panorama político en Israel y podría derivar elecciones anticipadas.
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Lieberman calificó la tregua forjada tras dos días de intensos combates de “rendición ante el terrorismo” y dijo que no podría servir a un gobierno que la había respaldado. El ex ministro había pedido una respuesta israelí mucho más contundente ante el lanzamiento de proyectiles desde Gaza, el incidente más grave desde la guerra que enfrentó a ambos bandos durante 50 días en el verano de 2014. Al parecer, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, rechazó su propuesta.
La renuncia supone un importante revés para la coalición de gobierno de Netanyahu y provocó una petición inmediata de elecciones anticipadas. Lieberman dijo que espera que en los próximos días se fije la fecha para los comicios. Los partidos de la oposición se unieron a su llamado.
Técnicamente, el gobierno podría sobrevivir sin el respaldo de la facción de Lieberman, Yisrael Beiteinu. Pero las próximas elecciones están previstas para noviembre de 2019, y es poco probable que el ejecutivo pueda aguantar tanto tiempo.
La marcha de Lieberman se hará efectiva en 48 horas y Netanyahu tomará el mando del departamento de forma interina.
Los residentes en el sur de Israel recibieron la noticia del alto el fuego con enojo, mientras docenas de manifestantes en la localidad de Sderot, blanco de los proyectiles palestinos, gritaban ”¡Desgracia!” por lo que consideraron una capitulación de su gobierno ante la violencia y la incapacidad para garantizar su seguridad.
En los últimos meses se registraron ataques con proyectiles esporádicos, además de intentos de infiltración de insurgentes y de una oleada de cometas incendiarias que destrozaron cosechas israelíes.
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Netanyahu presentó la decisión de aliviar las tensiones con los palestinos como un acuerdo unánime de su Gabinete de Seguridad, basada en las recomendaciones del ejército. Pero Lieberman y el también conservador Naftali Bennett, ministro de Educación, mostraron sus reservas más tarde diciendo que estaban a favor de una respuesta más contundente.
Netanyahu defendió sus acciones en un acto en memoria del primer primer ministro del país, David Ben-Gurion.
“Yo veo un panorama general de la seguridad israelí que no puedo compartir con la población”, señaló. “Nuestros enemigos imploraron un alto el fuego y ellos saben bien por qué. No puedo detallar nuestros planes para el futuro. Nosotros dictaremos el tiempo y las circunstancias que sean correctas para Israel y para la seguridad de nuestro pueblo”.
“En tiempos como estos, liderar no es hacer lo más fácil. Liderar es hacer lo correcto, aunque sea difícil. Liderar es, algunas veces, enfrentar críticas”, agregó.
La frontera entre Gaza e Israel permaneció tranquila durante la noche. Según el ejército israelí, en los dos días de confrontaciones, los insurgentes de Gaza lanzaron 460 cohetes y morteros a Israel en 24 horas, mientras que su aviación atacó 160 objetivos en el territorio. Siete palestinos, cinco de ellos milicianos, fallecieron. En Israel, una persona murió en un incidente con un proyectil y tres personas sufrieron heridas graves.
Antes el miércoles, el ejército de Israel dijo que disparó y capturó a un palestino que se acercó al perímetro de la valla fronteriza en Gaza y arrojó granadas a territorio israelí. Los soldados avistaron al asaltante, que llevaba un cuchillo y un cortaalambres, explicó el ejército. Las granadas no llegaron a explotar.
El incidente fue el primero desde que Hamas y otros grupos insurgentes de la Franja de Gaza aceptaron un alto el fuego mediado por Egipto para cerrar un episodio que colocó a los dos enemigos al borde de otra guerra.