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Ciudad colapsada y tensión con los vecinos: casi 2.000 integrantes de la caravana llegan a Tijuana

Los centroamericanos que ya han llegado acampan al lado de la frontera ante la atenta mirada de miles de soldados desplegados por Donald Trump en el lado estadounidense.

Los exhaustos migrantes que formaban parte de una caravana de solicitantes de asilo centroamericanos dormían en colchones en un gimnasio municipal reconvertido en albergue, mientras varios hombres jugaban al fútbol e intercambiaban bromas en un abarrotado patio colindante.

Casi 2.000 de los más de 6.000 que integran la caravana llegaron a la frontera entre el extremo noroccidental de México y Estados Unidos el jueves, y se espera que la cifra aumente debido al goteo constante de autobuses. La ciudad de Tijuana, cuyos albergues privados funcionan muy por encima de su capacidad, para 700 personas, habilitó el gimnasio y un complejo deportivo vallado para hasta 1.000 personas, aunque podría acoger a hasta 3.000.

Colapso total

Dado que los inspectores estadounidenses en el principal cruce fronterizo hacia San Diego tramitan apenas unas 100 peticiones de asilo diarias, los migrantes tienen cada vez más posibilidades de quedarse varados esperando durante meses.

Francisco Rueda, secretario general del gobierno del estado de Baja California, dijo que la ciudad recibió por el momento a unos 1.750 migrantes de la caravana.

El estado tiene 7.000 empleos disponibles para sus “hermanos migrantes centroamericanos” que obtengan la residencia legal en México, apuntó Rueda.

“Hoy, en Baja California hay oportunidad de empleo para quien así lo solicite. Pero para que ello suceda, tiene que regular su estancia migratoria,” señaló.

Las prósperas fábricas de la ciudad siempre solicitan trabajadores. Miles de migrantes haitianos rechazados en la frontera de Estados Unidos encontraron empleo y se asentaron allí en los últimos dos años.

La presencia policial se hizo notar en una ciudad con una tasa de homicidios que es la más alta en su historia. Un grupo de unos 50 migrantes, en su mayoría mujeres y niños, caminaron con escolta policial varias calles del centro de la ciudad, desde el albergue hasta un comedor.

A medida que los autobuses llegaban desde el oeste y el centro de México, algunas familias se quedaron dentro de la terminal a la espera de saber dónde podían encontrar un lugar seguro para dormir.

Para pedir asilo en San Diego, los interesados apuntan su nombre en un cuaderno hecho jirones y pegado con cinta, que está gestionada por los migrantes en una plaza próxima a la entrada al cruce. El jueves, se llamó a los que se registraron hacía seis semanas. La lista de espera creció a más de 3.000 nombres y podría ampliarse con los recién llegados.

Rueda dijo que si todos los miembros de la caravana que está en Tijuana quieren registrarse para pedir asilo en territorio estadounidense, al ritmo actual tendrían que esperar unos cuatro. Es por esto que el estado pidió a las autoridades mexicanas que animen a otros grupos a dirigirse a otras ciudades fronterizas.

Además hay dudas sobre cómo gestionará esta ciudad de más de 1,6 millones de habitantes, la llegada de las otras caravanas que están cruzando el país y podrían tener 10.000 integrantes más en total.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tensión con los vecinos

A través de las redes sociales, grupos de ciudadanos están llamando para realizar una manifestación el próximo domingo en una de las principales intersecciones de la ciudad para exigir a las autoridades que saquen de la ciudad a los migrantes, y amenazan que, de no hacerlo, tomarán medidas ellos mismos.

El jueves, residentes de la ciudad se enfrentaron a gritos y empujones con los centroamericanos. En total, unos 150 vecinos del área residencial de Playas de Tijuana protestaron por la presencia de los migrantes frente a la Iglesia Estrella del Mar exigiendo la actuación de las autoridades locales, según destaca Univisión.

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