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Nicaragua y Venezuela son los puntos de fricción en la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de estado y gobierno

El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo que falta voluntad política de países industrializados para lograr soluciones a los problemas de la región.

(Oliver de Ros/AP)

El desarrollo inclusivo y el fenómeno de la migración fueron los temas dominantes este viernes en la cumbre de jefes de Estado y gobierno de Iberoamérica celebrada en esta ciudad colonial guatemalteca.

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La XXVI edición del encuentro se desarrolló en medio de fuertes crisis económicas y políticas, como las migraciones de miles de hondureños y venezolanos que huyen de la pobreza, la violencia y la persecución política en sus países.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto formuló un llamado “respetuoso” a la región para que se unan y firmen el pacto mundial para un migración segura, ordenada y regular, que tendrá lugar en Marruecos en diciembre.

“Es cierto que la mejor manera de evitar que la gente migre involuntariamente es promoviendo, entre todos, el desarrollo interno en nuestras naciones”, dijo Peña Nieto, quien está en sus últimas semanas de gobierno. El mandatario mexicano dijo que mientras sigan las migraciones hay que mantener el compromiso de “hacer valer los derechos humanos de todos los migrantes, con independencia de su condición migratoria”.

Rey Felipe I (Oliver de Ros/AP)

Las palabras de Peña Nieto se dieron justo en el día en que integrantes de la caravana de migrantes hondureños, que atraviesa México con rumbo a Estados Unidos, denunciaron que un grupo fue detenido, sin agua y comida, por oficiales de migración mexicanos y la Policía Federal en el estado de Sonora con intención de deportarlos.

El presidente hondureño Juan Orlando Hernández hizo un llamado internacional y urgente para que con la coordinación de las Naciones Unidas se atienda de manera humana y solidaria el ciclo completo del fenómeno migratorio y que se ataquen las causas estructurales.

Hernández culpó, en el caso del fenómeno migratorio en su país, a las crisis del café y al cambio climático que, según él, generaron sequias. Los migrantes hondureños dicen que huyen por los problemas de pobreza, violencia e inseguridad en su país.

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El canciller cubano Bruno Rodríguez dijo que falta voluntad política de países industrializados para lograr soluciones a los problemas de la región.

“Se construyen muros y barreras, se despliegan fuerzas militares, se separan menores de sus padres y se aplican leyes y medidas represivas para impedir las oleadas de refugiados y migrantes, pero continúan sin atenderse las causas de la migración”, planteó Rodríguez.

El Jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, resaltó que “frente a la tentación de un repliegue nacional que estamos viendo en muchas partes del mundo, de la construcción de muros, discursos xenófobos y ultranacionalistas que se escuchan… nuestra comunidad iberoamericana ofrece una alternativa de esperanza”.

Agregó que esa esperanza está basada en valores como el respeto a la diversidad y la solidaridad. El lema de la cumbre es «Una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible», y los líderes, incluyendo también el de Portugal, buscarán la implementación de mecanismos de desarrollo de la región enmarcados en la agenda 20-30 y los Objetivos de Desarrollo Inclusivo.

El mandatario costarricense Carlos Alvarado mencionó la crisis política de Nicaragua y Venezuela, y llamó al diálogo para buscar vías de solución en ambos casos, lo que incomodó a los cancilleres de esos dos países.

El canciller venezolano Jorge Arreaza le respondió a Alvarado diciéndole que su participación había sido disonante en la cumbre y que se usaba a países como Nicaragua y Venezuela para “tratar de ocultar los problemas propios que cada país tiene”.

Mencionó que Costa Rica tiene problemas internos con sindicatos y que Venezuela se ponía a su disposición para un diálogo entre el gobierno y los sindicalistas que llevan más de 60 días en huelga en la nación centroamericana.

Denis Moncada, canciller de Nicaragua, dijo que Alvarado irrespetó la soberanía, independencia y autodeterminación del pueblo nicaragüense.

La cumbre, en que participó también el rey Felipe VI de España, se desarrolló la ciudad de Antigua, ubicada a 40 kilómetros de la capital guatemalteca.

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