Cuando el reloj marcaba las 16:30 del miércoles pasado, comenzó una violenta persecución en Ercilla que terminó deteniendo para siempre el corazón de Camilo Catrillanca: un balazo que le quitó la vida. Ya para las 20:00 el intendente de La Araucanía, Luis Mayol -la voz del Gobierno en ese minuto- informaba sobre la participación del joven mapuche en un robo de autos que originó el desastre. Pero a cinco días de eso, La Moneda dio un giro en su discurso.
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El primero en desviar el enfoque de la culpabilidad de Catrillanca a aludir a la policía uniformada fue el Presidente Sebastián Piñera. «Nunca vamos a tolerar que la acción de Carabineros se salga del marco de la Constitución, la ley y sus propios reglamentos», indicó.
Sus palabras se sumaron a las del ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien se mostró «dolido» por ese hecho.
«¡Cómo no me va a enojar como ministro, que impulsamos tener las cámaras de vigilancia y que cada carabinero tuviera una en su casco para efectos de registrar su acciones, se haya mal utilizado y roto la tarjeta!», sostuvo Chadwick.
Hablaron de «asesinato»
No obstante, el más enfático en «limpiar» el nombre de Catrillanca fue el ministro de Justicia, Hernán Larraín. Este lunes en un conversatorio con 400 estudiantes apuntó a que hay tres aristas de investigación: una por el asalto, otra por presunta obstrucción a la justicia y la última por «el asesinato aparentemente de este joven». Fue el primero en usar esa palabra: «asesinato».
No fue todo. También desvinculó al comunero del robo de autos. «Hubo una persecución y de ahí se originó el tiroteo que le costó la vida a este joven que pareciera no haber tenido ninguna vinculación con el asalto y robo de esos vehículo».
Voz de especialistas
¿Por qué ocurrió este giro? Según Máximo Quitral, doctor en Ciencia Política y académico de la Utem, » responde a los nuevos datos. «Todo apunta a un error de procedimiento de Carabineros y eso ha significado que La Moneda al conocer mayores antecedentes, vaya despejando ciertas dudas».
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Sin embargo Iván Witker, cientista político y académico de Facultad de Gobierno de la U.Central, advierte de los movimientos sociales, como las marchas y los cacerolazos que se dieron este domingo en la noche y que esperaban repetirse este lunes.
«Este tipo de señales que está mandando la sociedad está siendo procesada por las autoridades en este minuto. En el Gobierno tiene que haber claridad de un tema que en Ciencia Política se estudia bastante: las movilizaciones ciudadanas», recalca.
Asimismo, afirma que todavía falta un responsable político por este hecho. «Las autoridades tienen que dar una señal. En la jerarquía de la administración pública, un intendente está por debajo del ministro. Puesto en ese esquema, es eslabón más débil, uno tiende a pensar que va a ser sacrificado», sentencia Witker.
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