El Chicago Tribune informó el lunes que seis personas, incluida una mujer embarazada, subieron al ascensor del 875 North Michigan Avenue de 100 pisos.
Los huéspedes ingresaron al ascensor después de salir de la sala Signature del edificio, un bar con impresionantes vistas del centro de la ciudad desde el piso 95, antes de que al menos uno de los cables que sujetaban el auto se rompiera.
Escucharon ruidos y experimentaron un viaje más rápido y agitado de lo esperado. Uno de los varios cables que sujetaban el ascensor se rompió y empezó a caer rápidamente, aterrizando en algún lugar cerca del piso 11.
Una pareja comentó a los medios que se oyó un fuerte pitido premonitorio de lo que iba a pasar, seguido de un polvo que comenzó a caer del techo donde estaban los seis. Según Montemayor:
Escuchamos un sonido muy fuerte, “clack clack clack clack clack”. Sabía que algo no estaba bien, algunos empezamos a rezar. Al principio creía que íbamos a morir. Íbamos bajando y luego sentí que nos caíamos.
Los rescatistas llegaron poco después de la caída para abrir un agujero en la pared del edificio y liberar a los que estaban dentro.
Mientras continúa la investigación un portavoz del Departamento de Edificios de Chicago explicó en un comunicado que el ascensor se había inspeccionado por última vez en julio y que la causa del mal funcionamiento del cable todavía no estaba clara.
