Un hombre se puso a disparar el lunes en un hospital de Chicago y mató al menos a tres personas, incluyendo a un policía, antes de que él también muriera, informaron las autoridades.
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Se desconoce si el agresor se suicidó o fue abatido por la policía en el hospital Mercy en el sur de la ciudad, dijo un portavoz policial.
“Se veía como que giraba sobre sí mismo y le disparaba a la gente al azar”, dijo el testigo James Gray.
El tiroteo aparentemente comenzó mientras el sospechoso caminaba junto a una mujer cerca del estacionamiento. Volteó y le disparó repetidamente en el pecho a la mujer. Posteriormente ingresó al hospital y siguió disparando, agregó Gray.
Ambos habían estado hablando, pero no parecía una discusión, dijo.
“Entonces una vez que ella cayó al piso, él se puso encima de ella y le disparó otras tres veces”, señaló Gray.
Horas antes, las autoridades reportaron que cuatro personas estaban en estado crítico, incluido el agente. Al menos una era un empleado del hospital, dijo Anthony Guglielmi, portavoz policial.
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Las tomas de televisión mostraron a varias personas, incluidas algunas con bata blanca, que caminaban por un estacionamiento con los brazos en alto.
Jennifer Eldridge estaba trabajando en una farmacia del hospital cuando escuchó tres o cuatro disparos que parecían provenir del exterior. En segundos colocó una barricada en la puerta, según lo había practicado en los simulacros por si hay un atacante activo. Luego hubo seis o siete disparos más, ahora mucho más cerca, justo afuera de la puerta.
“Podía captar que él ya estaba dentro del vestíbulo. Se oían gritos”, recordó.
La puerta se sacudió, y Eldridge creyó que era el agresor que intentaba entrar. Unos 15 minutos después, calculó, un miembro de un equipo especial de la policía tocó en la puerta, ingresó y se la llevó. Miró al piso y vio sangre, pero ningún cadáver.
Las autoridades le pidieron a la gente que no se acerque a la zona.
Un mensaje que se dejó en el hospital no fue respondido.