El surcoreano Kim Jong Yang fue elegido el miércoles nuevo presidente de Interpol, superando a un veterano de los servicios secretos rusos al que se oponían firmemente Estados Unidos, Gran Bretaña y otras naciones europeas.
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La Casa Blanca y sus socios europeos cabildearon en contra de los intentos de Alexander Prokopchuk para ser nombrado próximo presidente del organismo policial, alegando que su elección llevaría a más abusos por parte de Rusia del sistema de notificaciones rojas de Interpol para perseguir a sus oponentes y disidentes prófugos.
La victoria de Kim supone que obtuvo al menos dos tercios de los votos emitidos en la asamblea general de la Interpol celebrada el miércoles en Dubái. Ocupará el puesto hasta 2020, completando el mandatado de cuatro años de su predecesor, Meng Hongwei, que fue detenido en China en una amplia operación anticorrupción.
Kim, un funcionario policial de Corea del Sur, fungía como presidente interino ante la ausencia de Meng y era vicepresidente senior del organismo.
La mayoría de los 194 países miembros de Interpol asistieron a la asamblea celebrada en un lujoso hotel de Dubái, junto a la costa del Golfo Pérsico.
Interpol enfrentaba un momento crucial en su historia con la elección entre Prokopchuk y Kim, que eran los dos únicos aspirantes al cargo.
Con sede en la ciudad francesa de Lyon, Interpol es conocido por emitir “notificaciones rojas” que identifican a sospechosos buscados por otro país, colocándolos en la lista de “más buscados” del mundo.
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Grupos de derechos humanos dieron la alarma hace dos años cuando la asamblea de Interpol optó por Meng como presidente. Amnistía Internacional criticó “la larga práctica de China de intentar utilizar a Interpol para detener a disidentes y refugiados en el extranjero”.
Dos destacados críticos del Kremlin advirtieron el martes que elegir a Prokopchuk _ que tiene vínculos con el presidente ruso, Vladimir Putin _ socavaría a la agencia y politizaría la cooperación policial transfronteriza.
Rusia acusó a sus críticos de llevar a cabo una “campaña para desacreditar” a Prokopchuk, a quien calificó de profesional respetado.