El mercado de la venta de autos es uno de los pocos indicadores que no se trastocan sin importar el escenario económico. Eso pasa en Chile, en un año cuestionado en los salarios y la oferta de empleo, pero en el que los autos nuevos se venden como pan caliente, promediando un aumento del 23% respecto de 2017.
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Sin embargo, si los autos nuevos pisan el acelerador a fondo, los autos de lujo y súper lujo se impulsan con propulsión a chorro, llevando los números a la estratósfera . Y eso, según expertos, dan cuenta de un boom aspiracional por los bienes de estatus que no se sostiene bajo ningún parámetro económico posible.
Estallido
Según cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile, los autos de lujo -entre 50 mil y 100 mil dólares- reportan hasta septiembre un crecimiento del 47% respecto del año pasado. Es decir, en 2018 se han vendido 5.967 autos de esa gama, que representa unos 2 mil vehículos más que el año pasado. Y eso que 2017 ya reportó un crecimiento del 38%.
El otro nicho es el de los autos de lujo usados. Allí, los balances de ChileAutos hablan de los mismo, ya que proyecta que el mercado de marcas y modelos premium crezca un 66%. “Si en 2017, este grupo de marcas representaba un 7% de las publicaciones, ahora se espera que sea un 10%», explica Rodrigo Avendaño, gerente de Datos e Inteligencia de Negocios de Chileautos.
Así, marcas como BMW, Mercedes Benz, Volvo y Audi, por decir algunas, viven tiempos dorados, donde el nicho de máquinas entre los 30 y 70 millones de pesos puja cada día más en el mercado automotriz. ChileAutos revela que uno de los modelos más cotizados es el BMW X6, que nuevo cuesta unos $50 millones y usado por $36 millones.
No obstante, dentro de los top ten más cotizados también está el Porsche 911, modelo que del año cuesta unos 120 millones, y usado supera los 51 millones. Los datos de la Anac incluso hablan de marcas, como Hyundai, que en su segmento de alta gama crecen al 1.800%, y son contadas las compañías que reportan cifras iguales que el año anterior.
Buscando una explicación para las cifras, Avedaño cree que «parte de este fenómeno se explica porque varias marcas premium lanzaron modelos de entrada. Esto ha producido una migración». Y a eso, dice, se agrega el aumento sostenidos de los ingresos en 20 años, provocando que el consumo se dispare muy por sobre el techo del salario.
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De hecho, en ChileAutos calculan que nicho del lujo creció en promedio un 37% en los últimos 5 años.
En busca de identidad
A Carlos Rodríguez-Sickert, director del Centro de Investigación en Complejidad Social de la Facultad de Gobierno de la UDD, lo primero que se le viene a la cabeza es el concepto de los bienes conspicuos. «Las personas no solamente valoran los atributos de un bien por sus propiedades intrínsecas. También les importa el valor simbólico».
Según el experto, el auto de lujo viene siendo «uno de los símbolos máximos de estatus». Ese motivo explicaría que una gran cantidad nueva de personas esté haciendo un esfuerzo por comprar autos sobre los $30 millones, escenario que no se condice con ningún dato económico.
Esto se trata, según Rodríguez, de una «búsqueda aspiracional por identidad», que lleva a los chilenos a poner en terreno endeble su seguridad económica en pos de una deuda que traerá beneficios sociales. Además, dice, eso puede tener dos realidades.
«Podría haber una racionalidad. Tal vez en Chile, donde las redes sociales importan tanto, esta inversión en estatus sí se está traduciendo en mayor capital social», dice. La otra opción, en cambio, habla de una «fantasía, una crisis de identidad, donde invertir por señalizar un nivel socioeconómico alto es bien aceptado».
Lo premium, dentro de lo premium
Y el lujo no lo es todo, ya que también existe la categoría de los súper lujo, con autos que rebasan los 100 mil dólares ($67 millones). Según las marcas que contabiliza la Anac, a septiembre se han vendido 457 de estos autos. De ello se desprende, por ejemplo, que 10 chilenos compraron un Ferrari, 22 un Maserati y 81 un Porsche, por decir algunos.
Sin embargo, en este grupo lo dominan Volvo y Mercedes, con 98 y 90 autos vendidos en el años, respectivamente.
Hasta el noveno mes del año, el mercado automotriz del súper lujo luce un 12% de crecimiento con respecto al mismo período en 2017. Positivo, si se entiende que el año pasado ese nicho había caído un -8,1%. Para Sebastián Gutiérrez, director de investigación de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Central, estos números son los únicos no descabellados dentro del panorama.
«Las cifras del súper lujo son estables porque ahí está un grupo acomodado que puede pagar, no necesita del crédito. Distinto es el caso de quienes aspiran a autos de lujo, que es el más reciente mercado para el profesional joven aspiracional. por lo mismo, ese grupo es continuo mientras el mercado de segunda mano aumenta», señala el experto.
¿Cómo, entonces, cada vez hay más chilenos capaces de comprar vehículos premium? «El tramo que aspira al lujo se endeuda y no tiene que ver con los indicadores o expectativas de empleo. Pero claro, también habla de la creciente movilidad social que vive nuestro país», cierra Gutiérrez.