Economía

Las otras bondades de República Dominicana

Esta isla en medio del Caribe es mucho más que Punta Cana y está llena de atractivos para esas esperadas vacaciones veraniegas

Sí, ya cada vez queda menos para que se acabe el año, lo que significa que se viene el preciado descanso estival. Y la playa es el destino predilecto para muchos.
Y es en medio de una zona paradisíaca como el Caribe que se encuentra República Dominicana, con su más reconocido atractivo: Punta Cana, pero eso no es todo.

“Nuestro hermoso territorio ofrece a los visitantes la ventaja adicional de poder vivir, durante su estadía, las más variadas experiencias, gracias a la conectividad de no más de tres horas entre nuestros destinos”, destaca Magaly Toribio, asesora del Ministerio de Turismo del país.

Y es que en esta isla, en un sólo día, los visitantes pueden pasar de disfrutar de una inmersión de buceo en una playa de ensueño, a deslumbrarse con la más majestuosa arquitectura de la época colonial.

Santo Domingo es la ciudad reflejo de esto último, considerando que su casco histórico es Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco. Allí, la calle El Conde, primera calle comercial del “Nuevo Mundo”, sigue siendo la zona comercial peatonal más popular. A lo largo de 10 cuadras, esta calle adoquinada está llena de restaurantes, cafés, tiendas de recuerdos y venta de arte callejera.

Las afueras de Santo Domingo son igualmente disfrutables. A menos de una hora, el pueblo playero de Juan Dolio ofrece un escape tropical y relajado, ideal para combinar playas de arena blanca y contacto con los locales, ya que es uno de los destinos favoritos de los dominicanos.

En tanto, en Boca Chica está el Parque Nacional Submarino La Caleta, con múltiples naufragios y abundante vida marina, es excelente para explorar buceando. Si se trata de arquitectura y cultura, otra alternativa es Puerto Plata, al norte del país. El pueblo de San Felipe, capital de la provincia, enamora a los visitantes con sus bellas casas y edificios de estilo victoriano, con colores pasteles y balcones de madera calada. La antigua Fortaleza San Felipe fue construida en el siglo XVI por los españoles para proteger a la ciudad de los piratas y otros intrusos.

Cerca de allí, el pueblo y la playa de Cabarete se impone como la meca de los destinos acuáticos, por ser el único que presenta las condiciones perfectas para hacer, en un sólo lugar, cuatro deportes: surf, kitesurf, windsurf y stand up paddle.

Al suroeste del país, la carretera que comprende las provincias de Pedernales y Barahona llama la atención por su belleza contrastante. A un lado, se extiende la exuberante vegetación de selva tropical de la Sierra de Bahoruco, caracterizada por verdes montañas erguidas. Al otro, se despliega una interminable costa caribeña con playas de un intenso azul turquesa, como las de Bahía de las Águilas.

Si de comida de trata, la recomendación es llegar a Samaná, que ofrece una combinación variada de atracciones, gastronomía y hotelería. Los cocos y el jengibre son ingredientes clave en su cocina, de hecho, su plato típico es pescado con coco. Además, entre los meses de enero y marzo, la atracción principal es el avistamiento de ballenas jorobadas.

Punta Cana, incombustible

Está bien, si llega a República Dominicana, es obvio que no puede dejar de pasar por Punta Cana, reconocido por sus playas y resorts de lujo, aunque es más que eso.

Un paraíso para los golfistas y diversión asegurada con numerosos parques temáticos que combinan actividades recreativas en medio de un escenario natural deslumbrante, destacan entre sus atractivos.

Además, pertenece a la provincia de Higüey, conocida por albergar el sitio religioso más emblemático del país, la Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia. Destacada por un gran arco de bronce y oro de 69 metros de altura.

En tanto, los amantes de la vida en naturaleza encontrarán en Jarabacoa y Constanza aire puro, montañas, aventura y escenarios impresionantes. La mayoría de los viajeros aventureros que llegan a esta parte única del país, en la Cordillera Central, buscan conquistar el punto más alto del Caribe: el Pico Duarte, a 3,087 metros de altura. Y para comer, nada como los platos a base de zanahorias, remolacha, papas, brócoli y fresas cultivadas en Constanza.

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