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“No nos van a linchar”: crece la tensión en la frontera entre la caravana de migrantes y los soldados

Unos 200 migrantes centroamericanos marcharon este jueves del albergue que ocupan con el objetivo de solicitar asilo ante autoridades estadounidenses pero el fuerte despliegue policial les impidió el paso.

Ante la negativa de Estados Unidos de otorgar el asilo a los migrantes de la caravana, un grupo de estos realizó una manifestación de protesta y se dirigió hacia un puente fronterizo con la determinación de pasar hacia Estados Unidos.

Al mismo tiempo, las fuerzas armadas estadounidenses desplegaron un operativo intimidante en una garita binacional de Tijuana para evitar cualquier intento de traspasar la frontera.

 

«En el albergue solo estamos perdiendo el tiempo y las fuerzas», gritaba desde un megáfono Carlos Rodríguez, un hondureño de la caravana.

«Hoy es un día especial, de acción y gracias en Estados Unidos (Thanksgiving). No nos van linchar«, decía entre aplausos y gritos de la muchedumbre enardecida.

Algunos incluso iban dispuestos a cruzar la frontera a la fuerza. «Queremos una respuesta, porque estando en el albergue no nos va a llegar nada. Ya estábamos desesperados», dijo a Univision Noticias Eddie, uno de los migrantes que trató de acercarse a la frontera.

Mientras los ánimos ardían en el albergue, a unos cuantos metros, sobre el muro fronterizo, varios helicópteros estadounidenses sobrevolaban el área.

«Si se llega a un nivel en el que perdemos el control o personas pueden resultar heridas, cerraremos el ingreso al país por un período de tiempo«, dijo este jueves el presidente Trump. «Me refiero a toda la frontera», precisó.

La caravana

Varios miles de migrantes centroamericanos llegaron a Tijuana la semana pasada más de un mes después de salir de Honduras en una caravana.

El gobierno de Estados Unidos solo procesa alrededor de 100 solicitudes de asilo al día en el principal cruce fronterizo en Tijuana hacia la ciudad de San Diego y ya había varios miles de migrantes en lista de espera.

Algunos residentes de Tijuana han dado a los migrantes un recibimiento frío, dejándolos atrapados entre una ciudad, cuyo alcalde dijo que no eran bienvenidos, y un presidente estadounidense que trata de impedir que ingresen a su país.

Rodríguez dijo que la injerencia de Estados Unidos en la política hondureña creó condiciones de vida que eran imposibles de aguantar para él.

“Van a seguir viniendo miles de personas porque Estados Unidos siempre es un gobierno que mete manos en los gobiernos de Centroamérica”, manifestó Rodríguez. Agregó que el mandatario hondureño Juan Orlando Hernández, quien fue reelegido en un resultado disputado el año pasado, es el presidente elegido por Estados Unidos.

El gobierno estadounidense reconoció rápidamente la victoria de Hernández pese a que había acusaciones generalizadas de irregularidades. Rodríguez, que trabaja en seguridad privada, culpó al presidente hondureño de reprimir violentamente las manifestaciones en contra de su gobierno.

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