Una niña de 13 años, Sandra Parks, murió en el exterior de su vivienda en Milwaukee, recibió un tiro fatal cuando alguien, afuera de su casa, disparó y una bala perdida entró en su habitación.
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Dos años antes, había escrito un ensayo contra la violencia de las armas que además fue premiado. Titulado cómo «vivimos en un estado de caos», en el que describió un mundo en el que «los chicos pequeños son víctimas de una violencia de armas sin sentido» y «existe demasiado crimen de negro sobre negro».
“En la ciudad en la que resido, oigo y veo muestras de caos casi a diario. Niños pequeños son víctimas de la violencia sin sentido de las pistolas”, escribió la colegial.
Como afroamericana, esto me hace sentir deprimida. Mucha gente ha perdido la fe en América y en su capacidad para convivir siguiendo el ejemplo del sueño del doctor (Martin Luther) King”, prosiguió.
En otro párrafo: “Me siento y he de escapar de lo que veo y oigo cada día. Cuando lo hago, llego a la misma conclusión… nos hallamos en el estado del caos”.
“No podemos dejar que las mentiras de la violencia y el racismo sean nuestra verdad”, escribió
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Tom Barrett, alcalde de Milwaukee, se refirió a “la locura” de la violencia de las armas en la ciudad y a nivel nacional. “Sandra Park estaba en su dormitorio y no salió de casa con vida”, lamentó Barret en rueda de prensa. “Trágicamente, su muerte fue causada por unos que decidieron disparar proyectiles hacia la casa y ella falleció”, recalcó.
Según el diario Milwaukee Journal Sentinel, al menos tres niños han muerto en los últimos años, en los últimos años, entre ellos una niña de cinco años que estaba sentado en el regazo de su abuelo.