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Alrededor de 50.100 extra murieron durante el invierno pasado en Inglaterra y Gales producto de una falla en la vacuna contra la influenza que los protegería contra cepas específicas de gripe, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).
«Es probable que el aumento del invierno pasado se debiera a la cepa predominante de la gripe, la efectividad de la vacuna contra la influenza y las temperaturas invernales inferiores a la media», informó Nick Stripe, especialista en análisis de salud y eventos de la vida en la ONS, según recoge The Guardian.
En enero ya se había avisado que la inyección no era eficaz contra las cepas más prevalentes en Reino Unido, no obstante, no se esperaban estos resultados.
El incremento en el número de muertes en exceso sitúa al invierno 2017-2018 como uno de los peores en 40 años. La última vez que los decesos superaron por amplio margen los números estimados fue en el invierno de 1975-1976.
Las temperaturas bajo cero provocadas por la tormenta denominada «Bestia del Este» y el aumento masivo de casos de gripe sumieron al Servicio Nacional de Salud en una crisis hospitalaria, que contribuyó al incremento en esta tasa.
La falta de personal y de camas desencadenó en que los profesionales del área de la salud no pudieran dar abasto con el número de pacientes y que no pudieran dar una atención adecuada a los enfermos de gravedad, explica Independent.
