Manifestantes enojados por la subida de los impuestos se enfrentaron con la policía francesa el sábado por tercer fin de semana consecutivo. Docenas de personas fueron arrestadas luego que pequeños grupos levantaron barricadas en las calles del centro de París, encendieron fuegos y arrojaron piedras a los agentes.
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El ministro del Interior, Christophe Castaner, tuiteó en torno a la avenida de los Campos Elíseos había «1.500 alborotadores», fuera del perímetro de seguridad por la policía, que dijo que había 63 detenidos.
Los manifiestos, algunos de ellos tapados con capuchas negras, apilaron grandes planchas de madera y otros materiales en el medio de una calle próxima al Arco del Triunfo antes de plantar fuego a los escombros.
La policía disparó gases lacrimógenos para intentar hacer retroceder a los manifiestos que estaban en las inmediaciones del monumento y empleó cañones de agua cerca de los Campos Elíseos. Algunos manifestantes respondieron arrojando piedras de gran tamaño. Las autoridades movilizaron una milla de agentes para tratar de contener las protestas.
Castaner también mencionó la presencia de 200 manifestantes pacíficos, llamados «chaquetas amarillas» por los chalecos fluorescentes con los que se identifica, en los Campos Elíseos.
La situación en París contrasta con las otras regiones del país, donde las protestas y las cortes de tránsito son mayoritariamente pacíficos el sábado.
Además de la subida de impuestos, los manifiestos están molestos con el liderazgo del presidente, Emmanuel Macron. La protesta celebrada el pasado fin de semana en París también acabó en disturbios.
Las movilizaciones, que con los conductores se manifiestan contra la gravedad de los efectos de los hidrocarburos.