El martes 13 de noviembre se firmó un decreto que entraba a regular el uso de armas letales por parte de Carabineros. El 14 de noviembre es asesinado el joven Camilo Catrillanca en la comunidad de Temucuicui, La Araucanía. El 15 de noviembre se convoca a jornada de protesta nacional en solidaridad a la causa mapuche y a las zonas de sacrificio y las principales calles del país fueron escenario de protesta al ritmo del grito “que el pueblo escuche, mataron a un mapuche”.
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Esta lamentable consecución de hechos no se condice precisamente con el primer acto: regular el poder en el uso de armas que posee Carabineros.
La idea del documento que se publicó ayer en el diario oficial era fijar “lineamientos generales sobre el uso de la fuerza policial, revisar y actualizar los protocolos existentes relativos al empleo del uso de la fuerza para la mantención del orden público, así como establecer el mecanismo para que Carabineros de Chile reporte anualmente al Ministerio del Interior y Seguridad Pública, estadísticas relativas al uso de la fuerza y episodios violentos”.
Evitar las armas
El fin en los práctico del decreto era el no uso de armas que pusieran en riesgo la vida de algún implicado.
“Los funcionarios policiales deberán evitar el uso intencional de armas letales, debiendo preferir el empleo de elementos o la adopción de medidas menos dañinas para lograr sus objetivos”, afirma el documento que fue publicado por La Tercera.
Detenidos
Por otro lado, se regula el uso de la fuerza de parte de Carabineros en contra de las personas ya detenidas. Esto debe ser “estrictamente necesario para concretar la detención, para mantener la seguridad y el orden en las unidades policiales o cuando esté en peligro la integridad física de alguna persona.