El auge del litio convirtió a Chile en potencia en dos décadas. Incluso, organizó los Juegos Olímpicos de 2072, gracias al prestigio que le dio el haber sido sede del mundial de Fútbol del 46, y que marcó el hito de sustituir a los árbitros humanos por drones. Sin embargo, todo ese éxito se convirtió en caos cuando estalló la guerra en 2099.
PUBLICIDAD
Esa es parte de la historia futurista que plantea @Futurechile_, una cuenta de Instagram que, en poco tiempo, creció en popularidad en las redes gracias a las imágenes que plantean escenarios extravagantes, acompañados siempre por los parajes más icónicos del país.
Marcelo Ortuya, de 23 años, es quien da vida a la proyección. «Esto comenzó espontáneamente hace 5 meses. Soy publicista y diseñador, y un día caminando por Santiago me topé con un letrero de neón y pensé sobre cómo luciría en el futuro cubierto de estos letreros. La estética era muy futurista y con esa idea di vida a mi primera publicación», cuenta.
En poco más de 70 imágenes, Marcelo cuenta una historia completa. «Si bien es ficción, trato de darle siempre un trasfondo a mis historias. Por eso el futuro pasó de la utopía a la distopía «, dice.
Primera Parte
El gran hito de su relato es la guerra del 99′, año en que Estados Unidos, cansado de la dominación de China, retomó sus ánimos expansionistas y decidió hacerse con 12 capitales latinoamericanas. En Santiago, puntualmente, declaró la invasión al impactar con un avión el Costanera Center. Se trata del clímax de su primera parte, ya que FutureChile está pensado en tres capítulos.
Antes, sin embargo, pasan varias cosas curiosas. La Universidad de Chile, por ejemplo, cumple su sueño del estadio propio en el 2056. Pero el coliseo Marcelo Salas Melinao llegó en el peor momento: 9 años después, todo el fútbol mundial quebró ante la popularidad de los e-sports.
El cambio climático también es un problema. La sequía y el deshielo de la Antártica hunden los palafitos de Chiloé, hacen al norte cada día menos habitable, e incluso hacen de Chile uno de los países líderes de la clonación animal para evitar su extinción.
PUBLICIDAD
Y casi estalla una guerra civil, cuando a fines de la década del 50 asume el gobierno un grupo nacionalista radical, que saca a las calles una policía especializada para combatir con mano dura la inmigración y los delitos comunes, formando, a su vez, un grupo de resistencia armada contra el gobierno.
«La gente se involucra harto con la historia. Aunque parezca descabellado, la política radical cada vez está más cercana, no es ninguna locura llegar a eso. En las publicaciones hay muchos que sí las apoya, como también saltan los que defienden las políticas sociales. Hay gente que le encanta la utopía, pero no todo es lindo porque sea el futuro», cierra Ortuya, que una vez por semana publica un nuevo capítulo a su historia.