Más de 23 millones de peruanos votarán este domingo en un referendo de cuatro preguntas donde la consulta más atractiva busca castigar a los legisladores prohibiendo su reelección inmediata en un año dominado por escándalos de corrupción.
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El referendo también es considerado como una oportunidad clave para la consolidación del poder del presidente Martín Vizcarra, que llegó al cargo en marzo tras una crisis política que provocó la renuncia de su antecesor –el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski– a quien se le cuestionó sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht mientras era un funcionario importante hace más de una década.
Según las encuestas, los peruanos, que votan de manera obligatoria, llegan al referendo acumulando uno de los rechazos más altos a la clase política y a su parlamento unicameral dominado por el partido de Keiko Fujimori, la lideresa de la oposición que está presa desde noviembre mientras se le investiga por supuestamente lavar 1,2 millones de dólares de Odebrecht. Los peruanos acumulan la confianza al parlamento más baja de la región con apenas 8%, según el Latinobarómetro 2018.
El desprestigio también ha recaído sobre los expresidentes peruanos, al extremo que los cinco que están con vida y han gobernado Perú desde 1985 están manchados de corrupción: Alberto Fujimori (1990-2000) fue condenado tres veces por este delito y los otros cuatro que gobernaron desde inicios del siglo XXI hasta 2018 están investigados por sus presuntos nexos con Odebrecht.
“Todo el sistema está podrido”, dijo Gerardo Polo –un oficinista de 40 años, lector voraz y sin filiación política– que participa impulsado por la posibilidad de prohibir la reelección inmediata de los legisladores. La pregunta es la más popular de las cuatro que integran la consulta, pero también la más cuestionada por expertos que la califican de populista y de no generar incentivos para crear una clase parlamentaria que destaque por su experiencia y su buena gestión.
Costa Rica es el único país de la región donde los legisladores tampoco se reeligen.
“La no reelección no nos garantiza nada, pero es un grito de rabia”, comentó Polo, quien trabaja en Lima en una empresa importadora de materiales de ferretería. “Durante todo estos tiempos, la reelección tampoco nos ha garantizado nada, lobbies nada más, experticias para la corrupción, expertos para esconder sus intereses”, añadió.
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El referendo –que incluye otras tres preguntas para decidir una nueva junta que elija a los magistrados, una nueva regulación del financiamiento de partidos políticos y si se aprueba la bicameralidad parlamentaria– fue propuesto en julio por el presidente Martín Vizcarra luego de que la prensa empezara a publicar decenas de audios de una investigación fiscal que destapó una red de corrupción integrada por un juez supremo, electores de magistrados, fiscales, abogados y trabajadores judiciales.
“Vizcarra canalizó de manera institucional el descontento popular”, dijo Adriana Urrutia, directora de la facultad de ciencia política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Recordó que ese descontento ya existía en 2017 tras el indulto transitorio que recibió el ex presidente Alberto Fujimori, quien cumple 25 años de cárcel por asesinato y se intensificó con la difusión de decenas de audios que destaparon a un grupo criminal conformado por jueces, fiscales y empresarios.
El jueves Vizcarra dijo que los cambios constitucionales propuestos en el referendo inauguran un proceso de cambio que Perú necesita para “acabar con la plaga de la corrupción”, pero sus opositores no son optimistas y tienen otras prioridades. El ex presidente Alan García –a quien Uruguay negó hace una semana un asilo tras alegar una supuesta persecución política– cree que el referendo “finalmente no va a cambiar las cosas”.
“¿Alguien cree que porque no se van a reelegir a los actuales parlamentarios los que sean elegidos van a ser muchísimos mejores? ¿Alguien cree que porque se cambia a las siete personas que van a elegir a los jueces vamos a tener mejores jueces y fiscales?”, comentó García, investigado por la construcción de un Metro que inició en su primera gestión (1985-1990) y acabó en su segundo gobierno (2006-2011). Odebrecht afirma que pagó coimas por 24 millones de dólares en esa obra.
Antes de ser encarcelada por 18 meses, Keiko Fujimori, la hija del ex presidente Fujimori y lideresa del partido opositor, comentó que había temas “urgentes e importantes” diferentes al referendo, como la reconstrucción de los pueblos destruidos durante el fenómeno climático del Niño Costero en 2017 y la lucha contra la anemia que afecta al 46,6% de los niños menores de tres años.
No obstante, el oficinista Polo es optimista con lo que podría ocurrir el domingo. “Vizcarra no es un hombre brillante, pero ha sabido qué batalla es la que más nos duele a los peruanos, que es la batalla contra la corrupción, esa siempre la hemos perdido pero ahora parece que la estuviéramos ganando”.