PUBLICIDAD
Luego de cuatro semanas de protestas de los chalecos amarillos, este lunes Emmanuel Macron realizó su intervención más esperada desde que pisó el Elíseo.
En su alocución de 13 minutos, retransmitida por numerosas cadenas televisivas francesas, el presidente galo decretó estado de emergencia económico y social en ese país.
El anuncio fue acompañado por una serie de medidas para frenar la peor crisis en sus 19 meses de mandato. El paquete enviado al Parlamento contempla el aumento de 100 euros en el salario mínimo, que hoy es de 1.184,93 euros netos -cerca de 910 mil pesos chilenos- .
Además, será cancelado el alza de impuestos de seguridad social a los jubilados y quedarán eximidas de tributar las horas extras. Eso sí, el impuesto sobre la fortuna (ISF) no será restaurado.
Antes de su primera intervención pública desde la cumbre del G 20 en Argentina, Macron sostuvo reuniones con su gabinete, presidentes de las cámaras, sindicatos y representantes de empresarios.
«Queremos una Francia donde se pueda vivir dignamente del trabajo. Y le pido al Gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario para ello”, manifestó el político de 40 años.
PUBLICIDAD
Si bien condenó la violencia de las protestas, Macron fue autocrítico: admitió que su estilo a «herido a algunos» y reconoció la manifestación de los chalecos amarillos como «justa en muchos aspectos».
El discurso conciliador del presidente francés tiene como objetivo recobrar la estabilidad de su administración y desarticular una quinta jornada de manifestaciones.
Pese a que la semana pasado eliminó el aumento del impuesto a los combustibles, no pudo evitar que hace unos días se vivieran caóticas jornadas en París y otras ciudades. Según el gobierno 125.000 mil personas se movilizaron en Francia y 1300 fueron detenidas.
Según el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, la crisis se traducirá en una reducción de un 0,1% del crecimiento trimestral. «Eso significa menos puestos de trabajo y menos prosperidad para todo el país», dijo el secretario de estado.