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¿Estados Unidos, Rusia y China se quieren apoderar de un continente entero? Así es la “guerra mundial silenciosa” que sacude al planeta

El muro fronterizo con México no es la única preocupación de Trump en materia internacional.

Una creciente preocupación existe en el gobierno de Estados Unidos en un ámbito específico en materia internacional que ha sido bastante discutido en los últimos días en la Casa Blanca y que sería prontamente expuesto a nivel político: aumentar y mejorar su presencia en África.

Según informa NBC, Washington ha visto como China y Rusia han incrementado su participación en el mencionado continente, mientras ellos se han ido quedando atrás, hecho que es preocupante para la administración de Donald Trump considerando que existen varios países inestables social y políticamente, pero que son ricos en recursos naturales.

En ese sentido, mientras Estados Unidos y Beijing se enfrascan en una guerra comercial que alerta al planeta, Moscú ha ido avanzando a pasos firmes en su posicionamiento en África. Por ejemplo, en estos momentos estudia instalar un centro logístico en Eritrea, nación que es vecino a un pequeño y desconocido país que se ha convertido en el deseo de las mayores potencias del mundo: Yibuti.

¿Por qué es importante?

Esta nación, cuya capital tiene el mismo nombre que el país, no cuenta con grandes recursos naturales ni es uno de los líderes en el continente a nivel político. Es más, ni siquiera llega al millón de habitantes, contando solamente con poco más de 840 mil personas.

Pero pese a todas estas razones, Yibuti quizás sea el enclave más importante de todo el continente por un motivo en particular: su estratégica ubicación.  El puerto de la capital es la principal puerta de entrada al Canal de Suez, el Mar Rojo y el Océano Índico. Gracias a esto, conecta Asia, África y Europa, lugar que representa el 25% de las exportaciones mundiales.

Por lo mismo, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y China tienen bases militares en dicha zona y Vladimir Putin mira con buenos ojos instalarse en Eritrea, para también tener influencias en el área.

Además de Yibuti, Washington tiene puesta la mirada en otras naciones, las cuales serían mencionadas como aliadas cuando sea presentado el «plan África» durante los próximos días. Kenia corre como fijo, ya que hace años que mantiene buenas relaciones con la Casa Blanca. Mientras que Somalía, Libia y Malí serían los otros tres países claves para Trump.

¿Podrán influenciar al continente?

Sin embargo, la estrategia norteamericana cuenta con un infaltable pero: Donald Trump. El presidente se demoró prácticamente un año en reunirse con un líder africano, mientras que sus menciones al continente han sido prácticamente nulos, considerando que su atención se la han ganado países como Corea del Norte, México, Irán o los mencionados China y Rusia.

Incluso, su incontrolable lengua ya que le ha jugado malas pasadas para sus actuales intenciones. A principios de año tildó de «países de mierda» a Haití y las naciones africanas, mientras que se equivocó groseramente en el nombre de Namibia: le dijo «Nambia». Es más, ni siquiera ha terminado de nombrar embajadores en zonas del continente, pese al tiempo que ya lleva como presidente.

Mientras tanto, China por ejemplo se ha consolidado en el área invirtiendo millones de dólares en proyectos de infraestructura en la zona, o contando con una importante base militar en la nombrada Yibuti. También han construido carreteras, puentes y tendido cables de fibra óptica en África.

Por su parte, Rusia se ha preocupado de ayudar económicamente a los países que se han visto sacudidos por las deudas económicas, muchas de ellas adquiridas justamente con Beijing. O bien, generando negocios de exportación de armas, entrenando a las fuerzas militares de diferentes naciones como la República Centroafricana o ingresando en el mercado de la minería.

Todo esto preocupa a Washington, especialmente por el poder que Putin y el líder chino Xi Jinping pueden tener en el continente y especialmente en el puerto de Yibuti. Por lo mismo, quieren comenzar a cimentar las bases de su presencia en África y así contrarrestar a las otras dos potencias, generando una especie de «guerra silenciosa» entre ellos por influenciar a la zona.

Sin embargo, los analistas internacionales estiman que será difícil para Estados Unidos lograr un éxito a corto o mediano plazo en la zona, debido a lo fortalecido que está Moscú y Beijing.

«El gobierno chino o sus empresas estatales tienen un poder extraordinario para dictar a estos países africanos», señaló el analista de políticas de la Fundación Heritage, Joshua Meservey. En ese sentido, aseguró que el gigante asiático es «el actor extranjero más importante en África».

Por último el analista principal del Center for American Progress, Blaine Johnson, afirmó que esta estrategia de contrarrestar a Beijing y Moscú en África podría generar un problema con los países de la zona, logrando al final lo contrario a lo esperado.

«En nuestro compromiso con África, debemos ofrecer un contraste con China y Rusia, en función de quiénes somos y lo que valoramos. Los Estados Unidos deberían competir en África haciendo lo que sea consistente con los valores estadounidenses y no comprometiéndose con alguna política real», remató.

 

 

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