Economía

Encontré un nuevo trabajo, pero la empresa me hace una contraoferta ¿qué hacer?

Evaluar si es solo algo salarial y entender por qué tu empleador te quiere retener son algunas de las claves.

Hay casos en que una persona desea cambiarse de trabajo porque otro empleador le ofrece condiciones distintas o mejores. Sin embargo, si es un trabajador valorado, puede que reciba el llamado de su actual jefe. Sin embargo, aceptar una contraoferta no siempre es una buena idea.

Así lo reveló un estudio de Page Personnel, empresa de reclutamiento especializado perteneciente a PageGroup, que indica que 85% de los profesionales que acepta dicha propuesta deja la empresa en un período menor a doce meses, ya sea por desvinculación o renuncia.

“Una contraoferta es un incentivo por parte de un empleador para retener a un trabajador. En muchos casos, es una solución a corto plazo y tiene un alto riesgo para el trabajador ya que el empleador ya conoce las intenciones que tiene el colaborador de aceptar otro trabajo”, explica Ignacio Brain, director de Page Personnel.

Por lo mismo, el experto señala que la decisión de cambiarse de trabajo debe ser tomada con mucha cautela. Es necesario evaluar los riesgos asociados y lo más importante, saber con certeza por qué se toma  la resolución de dejar el actual trabajo.

Si es sólo un tema de renta, Brain aconseja siempre agotar todos los recursos necesarios con el actual empleador, para ver si hay posibilidades de mejorar en ese aspecto. Sin embargo, si el giro laboral tiene que ver con factores como proyección laboral, estabilidad, flexibilidad, relación con jefatura y pares, quizás es tiempo de dar el siguiente paso.

“Muchos creen que lo más fácil es aceptar una nueva oferta por parte del actual empleador, y de esa manera quedarse en el lugar donde se tiene comodidad y ya se conoce bien. No obstante, un mejor sueldo no cambiará la falta de motivación o de flexibilidad, que en algún momento fueron claves para buscar un cambio”, dice.

Por ello, la única manera de que una contraoferta sea satisfactoria para ambas partes es cuando estas logran abarcar todos los factores que en algún momento fueron decisivos para buscar un nuevo desafío laboral. De esa manera, el profesional se sentirá contento, motivado y comprometido.

¿Qué considerar?

Es común que los profesionales busquen nuevos desafíos laborales, lo que muchas veces implica dejar los actuales trabajos, pero cuando se presenta esta contraoferta es cuando se presenta el dilema sobre aceptarla o no.

En esa línea, Brain entrega consejos para tomar en cuenta al momento de enfrentarse a una contraoferta laboral:

  1. Evaluar los distintos escenarios

Es importante analizar la situación “en frío” antes de tomar cualquier decisión que podría cambiar el rumbo laboral. Para esto, el experto recomienda evaluar las razones que hicieron tomar la resolución de buscar otro horizonte.

Ante una contraoferta, se debe analizar la perspectiva completa. Lo más “fácil” es aceptar la contraoferta, quedarse en el lugar en el cual ya se está cómodo y que se conoce bien.

Si es un tema de renta, se debe considerar por qué el empleador esperó hasta esta instancia para aumentarla y no lo hizo cuando se lo pidieron o proactivamente.  Otro punto relevante es analizar muy bien si es que la contraoferta cambia o supera las razones de la decisión inicial.

  1. Estudiar los riesgos

Una contraoferta puede ser tentadora: ya se conoce el ambiente y se está adaptado a este, pero no siempre es una buena idea. Por lo mismo, el experto indica que luego de analizar la situación se debe estudiar los riesgos a los que uno como trabajador se enfrenta. Por ejemplo, si se acepta una contraoferta, existe la posibilidad de quedar catalogado como el que “se quiso ir”, lo que podría repercutir en la confianza con los pares o el empleador.

El experto indica que la retención generalmente es un incentivo de corto plazo, que al empleador le da tiempo de prepararse para buscar un posible reemplazo. Por otro lado, llegar a un nuevo lugar siempre es un riesgo.  Existe la dificultad de adaptarse a un nuevo entorno.

  1. Evaluar la proyección a futuro

El tercer paso es generar una decisión consciente sobre cuáles son los beneficios de mantenerse en la actual empresa, o el irse a una nueva organización. Las variantes más relevantes a considerar son: proyección laboral, estabilidad, relación con jefatura y pares, y flexibilidad.

“Que una interesante contraoferta no detenga los planes iniciales. La persona probablemente ya pasó por un proceso de reclutamiento y selección, entrevistas y su mente está en este nuevo proyecto que ya ha conseguido”, indica Brain.

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