Durante casi una hora expuso ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados la Fundación Equidad Chile, que a través de su vocero, el doctor Tomás Lagomarsino, explicó en la instancia parlamentaria sus observaciones y críticas al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, más conocido como el TPP-11, en cuanto a las regulaciones que impondría a nuestro país.
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“Uno de los problemas que más perjudicará a los chilenos y chilenas es el llamado linkage, el cual faculta a los laboratorios de medicamentos innovadores a vincular el registro sanitario con aquellas patentes que les permiten tener por más años el monopolio de dicho medicamento en Chile”, explicó Tomás Lagomarsino, presidente de Fundación Equidad Chile.
Antes de firmar el tratado con Estados Unidos, cada vez que un laboratorio creaba un nuevo medicamento innovador, tenía un tiempo de protección de patente de 20 años en Chile. Posterior a la firma de ese tratado se agregaron otros cinco años a través de un mecanismo denominado información no divulgada: “Hoy la Corte Suprema obligó al Estado de Chile a financiar el medicamento más caro del mundo, el Nusinersen, ocupado para la atrofia muscular espinal y que tiene un costo de $500 millones anuales. Ese medicamento tiene un período adicional de monopolio por cinco años en Chile, gracias al TLC con Estados Unidos, hasta 2023”, planteó.
En vez de resolver este problema, el TPP original lo agudizaba alargando los plazos de exclusividad de mercado. Posterior a la salida de Estados Unidos, algunas regulaciones fueron suspendidas y quedaron activadas aquellas que dificultan el ingreso de medicamentos genéricos. Este nuevo mecanismo se llama linkage y vincula el registro sanitario a cargo del Instituto de Salud Pública, y que tiene por objetivo garantizar la seguridad y eficacia, con la patente industrial que es responsabilidad del Instituto Nacional de Propiedad Industrial.
“Uno tendería a pensar que cada registro sanitario está asociado a una patente, pero la realidad no es tan simple porque un medicamento puede estar asociado a múltiples patentes industriales y, obviamente, la más conveniente para la industria farmacéutica son aquellas más nuevas, porque les confieren más años de monopolio que son generalmente patentes de procedimiento y no del medicamento propiamente tal. Lo que viene hacer el linkage es facilitar que la industria seleccione aquellas patentes más convenientes e impida a los genéricos el ingreso al país” , expuso Lagomarsino.
“Un ejemplo para entender esto es el Darunavir, un medicamento usado para tratar el VIH/SIDA. En 2016, el Ministerio de Salud hizo un acuerdo con otros países de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para comprar el mismo tratamiento, pero a un laboratorio alternativo que lo vendía seis veces más barato. Si bien la patente de la molécula del Darunavir ya había vencido, aún estaba vigente la de un procedimiento para su obtención, por lo que el laboratorio exigía que se siguiera vendiendo en Chile al precio original. El laboratorio acudió a las instituciones pertinentes para objetar la decisión del Minsal y que posteriormente fue desestimado en 2018, dos años en los cuales el ISP pudo hacer el registro sanitario y el Minsal importar el medicamento más barato. Si hubiera estado vigente el TPP-11 cuando sucedió esto, el ISP no hubiera podido registrarlo y, por tanto, el Minsal no hubiera podido distribuirlo.” agregó el presidente de Equidad Chile.
“Es un tema complejo, pero nuestra misión es tratar de explicarlo a la ciudadanía y cuestionar el accionar del Gobierno en este caso, que está favoreciendo a los grandes laboratorios en desmedro de las personas enfermas de nuestro país”, concluyó el doctor Tomás Lagomarsino.