La agrupación de familias de personas desaparecidas de Chile ha venido trabajando con varios parlamentarios para enfrentar las preocupantes cifras de compatriotas extraviados en el último tiempo. De hecho, se registran 25 mil denuncias al año y 85 personas en promedio desaparecen diariamente. A raíz de estas cifras, se han presentado varias iniciativas legales en el Congreso.
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Entre ellas el proyecto del diputado Pablo Kast (Evópoli) y la diputada Marisela Santibañez (PRO) que pretende disminuir los tiempos de reacción ante casos de emergencia. ¿Cómo? Impulsando un nuevo sistema de diligencias más específicas dentro de las primeras 24 horas de reportada la desaparición. Además de una coordinación mucho más directa entre las policías.
A este proyecto se suma otro elaborado por el senador Francisco Chahuán, que busca establecer la obligatoriedad de imprimir los rostros de las personas desaparecidas y los datos de contacto en productos y mercaderías. También considera la impresión de los rostros en las boletas de los servicios básicos (luz, agua, gas y teléfono). Además de afiches en espacios públicos con alta afluencia de público.
Información desde la comunidad
«Hemos presentado un proyecto de ley para colaborar en forma concreta con la búsqueda de las personas desaparecidas, una vez acreditado el extravío. Muchas veces la información que pueda proporcionar la comunidad en forma oportuna pueda hacer la diferencia para encontrar a una persona, sobre todo si se trata de menores de edad», manifestó el senador Chahuán.
«Productos de venta a público tengan en las tapas y en las cuentas de los servicios básicos, los rostros de las personas desaparecidas tal como ocurre en otros países, puede ser de gran ayuda», agregó el parlamentario.
¿Sirven estas medidas?
Según Carlos Zúñiga, sicólogo de la Universidad Católica, «este tipo de campañas dan buenos resultados en otros países por varias razones». La primera de ellas sería que «al ver repetidamente el rostro de una persona, queda presente en la memoria, incluso de forma inconsciente». Incluso, explica el especialista, el ver esos rostros en productos de uso cotidiano, generaría mayor curiosidad. El mensaje estaría más presente que verlo, por ejemplo, en redes sociales.
La segunda razón es el sentido de comunidad que pudiesen tener determinados objetos. «La caja de leche, que es un clásico de este tipo de publicidad, generalmente se pone en la mesa a la hora del desayuno o en la tarde», comentó. «Perfectamente la fotografía de la persona perdida puede convertirse en tema de conversación y quedar aún más presente en la memoria de las personas», explicó Zúñiga.
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Ambos proyectos, tanto el de Chahuán como el de los diputados, podrían avanzar en forma paralela tanto en la Cámara como en el Senado, para luego complementarse en el trámite legislativo.
La lucha de los familiares
Carmen Landeros, vocera de la agrupación de personas desaparecidas, valoró ambos esfuerzos.»Queremos agradecer al mundo político por haber tomado esta bandera de lucha, porque esto es un tema de humanidad. No puede ser que todos los días se pierdan personas y no volvamos a saber de ellas», señaló.
«Queremos unificar todos los organismos que deben intervenir como las policías y fiscalía. Además de la información y afiches que podría agilizar la búsqueda. Ambos proyectos nos servirán muchísimo para buscar a los centenares de personas que actualmente siguen desapareciendo en nuestro país», agregó.