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Quién es Cesare Battisti, el militante de izquierda que pasó 40 años en una huida permanente

Cesare Battisti, el ex activista de izquierda italiano condenado por asesinatos y que fue detenido el sábado en Bolivia, pasó cerca de 40 años de su vida en una huida casi permanente, con periodos en prisión y luchas política-judiciales para evitar la justicia de su país.

Cesare Battisti, un miliciano de izquierda capturado casi tres décadas después de ser condenado por asesinato, fue entregado el domingo en Bolivia a las autoridades italianas, allanando el camino para que concluya una larga lucha por llevarlo ante la justicia.

Battisti, de 64 años, fue detenido el sábado en la región de Santa Cruz, a unos 590 kilómetros al este de La Paz, y está volando a Italia bajo custodia de la Interpol en un avión Falcon enviado por el gobierno italiano, según informó a The Associated Press el director de la Interpol en Bolivia, el coronel Paul Saavedra.

La entrega se hizo en el aeropuerto de Viru Viru en Santa Cruz a las 5 de la tarde, y se tiene previsto que llegue a Italia el lunes en la tarde.

Battisti arribó a Santa Cruz después de haberse fugado de Brasil el mes pasado, luego de que el presidente saliente Michel Temer firmó un decreto ordenando su extradición, ante lo cual el miliciano habría hecho un último intento por evitar cumplir su pena.

Battisti intentó conseguir asilo en Bolivia el 21 de diciembre, informó el Defensor del Pueblo, David Tezanos, solicitud que no fue respondida, por lo que él consideró que se violaron “los derechos del ciudadano italiano” como solicitante de asilo.

El ministro de Gobierno de Bolivia, Carlos Romero, explicó que Battisti no fue extraditado, sino obligado a salir del país por ingresar de forma ilegal.

“Su salida tuvo que ser obligatoria en un puesto migratorio cercano, en este caso el aeropuerto”, dijo el ministro en conferencia de prensa.

La información de la captura fue dada a conocer por la policía italiana, que publicó un video en el que se veía a Battisti horas antes de ser detenido, al parecer sin percatarse de que era vigilado mientras caminaba por la calle con pantalones vaqueros, una camiseta azul y gafas de sol. Una imagen posterior mostraba la foto de la ficha de Battisti con el sello de la policía boliviana.

 

 

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, apuntó que el miliciano «terminará sus días en prisión” tan pronto pise Italia.

Battisti huyó de un penal italiano en 1981 mientras estaba a la espera de ser juzgado por cuatro cargos de asesinato que supuestamente cometió cuando formaba parte de los Proletarios Armados por el Comunismo. Fue condenado en ausencia en 1990, y se enfrenta a cadena perpetua por la muerte de dos policías, un joyero y un carnicero.

Aunque reconoció haber pertenecido al grupo, negó haber cometido asesinato alguno y ha dicho que solo es un refugiado político.

En un principio Battisti huyó a México y luego a Francia, donde se unió a decenas de extremistas italianos de izquierda que gozaban de la protección oficial del gobierno francés.

Después de que los vientos políticos cambiaron en Francia, Battisti huyó a Brasil en 2004 para evitar ser extraditado. Fue arrestado en Río de Janeiro en 2007, y el gobierno italiano solicitó entonces su entrega, pero el entonces presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva le concedió asilo en 2010.

Al final Battisti salió de la cárcel, pero volvió a ser arrestado en 2017 tras ser descubierto tratando de cruzar la frontera con Bolivia con el equivalente a unos 7.500 dólares en efectivo no declarados. Volvió a quedar en libertad unos días después.

Como resultado de ese incidente, Luiz Fux, juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil, dijo en diciembre que la Interpol había emitido una nueva orden para la detención de Battisti por presunta evasión fiscal y lavado de dinero, lo que le llevó a emitir una orden de arresto en el país. Con base en eso, Temer firmó el decreto para su extradición.

Salvini elogió la labor de la policía de Bolivia y del nuevo gobierno de Brasil por dar seguimiento al caso, y calificó a Battisti de «delincuente que no merece vivir cómodamente en la playa sino terminar sus días en prisión”.

El presidente brasileño Jair Bolsonaro se congratuló de la captura de Battisti en Bolivia y de que enfrentará a la justicia.

En un tuit, Bolsonaro también criticó a Lula por haberle concedido asilo político en 2010.

«Finalmente, habrá justicia para el asesino italiano y socio de la ideas de uno de los gobiernos más corruptos de la historia», tuiteó Bolsonaro, una referencia al Partido de los Trabajadores de Lula.

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