La mutación de un virus. Esa podría ser la causa de la muerte de 10 personas por un contagio de hanta, todo originado en Epuyén, al otro lado de la cordillera. El número de víctimas fatales incluye a una mujer chilena de 29 años que este fin de semana perdió la vida en el Hospital del Tórax en Santiago, donde no hubo forma de combatir los síntomas del virus; uno cuya cepa se mantiene en estudio.
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Así lo informó el secretario de Salud Nacional de Argentina, Adolfo Rubinstein, quien en entrevista con Radio Mitre aseguró que «sospechamos que podría haber una mutación del virus».
«Esta es una de las cepas que se da en Argentina y cuya vía de contagio, hasta ahora, era por inhalación de las secreciones de los ratones: de las heces, orina y saliva. La diferencia que tiene ahora es que ese contagio es entre humanos y esto es mucho más preocupante del punto de vista epidemiológico», señaló Rubinstein.
Medidas
En ese sentido agregó que están aislando el pueblo para tratar de «delimitar el brote a Epuyén y que no trascienda sus fronteras».
Esa es una medida clave, sobre todo porque la chilena que falleció terminó contagiada con hanta tras viajar a una fiesta que se realizó en esa localidad argentina en noviembre, época en la que fue transmitido a las otras nueve personas que ya perdieron la vida, a 28 que hasta ayer dieron positivo para el virus y posiblemente a 94 que se encuentran en aislamiento selectivo.
Peligrosidad
Pero, ¿por qué es tan preocupante que el virus mute? «El reservorio del hanta es el ratón de cola larga. El que sean personas las que los transmiten es muy grave porque su mortalidad es muy alta y porque, en ese caso, las personas expuestas seríamos muchos más», responde a Publimetro Nelly Baeza, directora del Centro de Salud Pública de la U. Central.
Según ella, de ser cierta esta mutación, sería comparable incluso con el ébola. «Ahí habría que hacer un aislamiento no sólo de Epuyén, sino que de todas las personas que estén en contacto con alguien con hanta».
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Por lo mismo, hace un llamado a la precaución, pues asegura que la mutación aún no está comprobada. Es más, aclara que «en el sur hay mucha ventolera», lo que hace que tanto en Argentina como en Chile «se esté es más contacto con ratones de lo que se cree».
Por último, con escepticismo afirma que «el virus hanta lleva cerca de 30 años viviendo con nosotros. Es muy poco tiempo para una mutación».