Luego de 20 semanas desde que el papel para el diario haya sido confiscado por la Dirección General de Aduanas, La Prensa decidió tomar medidas drásticas para llamar la atención de la población. El viernes, los nicaragüenses despertaron con una confusa imagen. La portada del medio, que por 93 años los ha informado, estaba en blanco. Pero al final de la página había una interrogante: ¿Se ha imaginado vivir sin información?
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Para la dirección de La Prensa, el mensaje del Gobierno de Daniel Ortega es evidente. «La intención es clara, que en Nicaragua dejen de circular medios impresos independientes», aseguró el medio a través de su editorial del día, donde explicó su decisión de imprimir la primera plana de esa manera.
La escasez de papel está a punto de provocar que La Prensa se quede sin su versión impresa. En las últimas semanas, el diario ha disminuido el número de páginas, una medida que busca prolongar su circulación en las calles.
Libertad de información en peligro
Las 92 toneladas de papel retenido es, evidentemente, una disposición que atenta contra la libertad de información, al no permitir la comercialización del medio independiente y al mismo tiempo una violación a la libre expresión.
Si bien el periódico ha realizado denuncias en contra la Dirección General de Aduanas, esta última ha guardado silencio. Es por esta razón, que se tomó la decisión de recurrir al Tribunal Aduanero y Tributario Administrativo (TATA).
El 21 de diciembre el tribunal dio su veredicto. Declaró a lugar la queja puesta por la editorial en contra del administrador de la Aduana Managua, el licenciado Oscar Moncada Lau. Pero una vez la respuesta de organismo fue el silencio.
La Prensa afirmó que el plan de Ortega es entregarle a la ciudadanía una versión de la realidad impuesta por ellos, a través de los comunicados entregados por la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murrillo.