Este año, el Aporte Familiar Permanente, más conocido como Bono Marzo, se adelanta un mes y comienza a entregarse en febrero para así afrontar los gastos del tercer mes del año. Este es un beneficio que entrega el Estado, pero usted en su trabajo ¿recibirá una ayuda similar? Si es de los que no, es parte de una mayoría.
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De acuerdo al estudio online sobre Tendencias del mercado laboral de la consultora multinacional de recursos humanos Randstad, la entrega de este tipo de beneficio por parte de los empleadores va a la baja. Este 2019 solo 13% de los trabajadores recibirá este beneficio, dos puntos porcentuales (pp) menos que en 2018 y cuatro que en 2017, esto pese al mayor crecimiento de la economía.
Por otro lado, según la investigación, del total de trabajadores que recibirá esta recompensa, la mayoría dispondrá de un monto entre 25 y 50 mil pesos (43%); seguidos por aquellos que obtendrán 100 mil pesos o más (22%), luego por quienes percibirán entre 75 y 100 mil pesos (20%); mientras que 15% de los empleados tendrá disponible entre 50 y 75 mil pesos para cubrir los gastos que se presentan durante el tercer mes del año.
Al respecto, Natalia Zúñiga, directora de marketing y comunicaciones de Randstad, señala que en 2019 la caída también se refleja en los montos asignados. “Si bien el año pasado hubo una baja en el porcentaje de trabajadores que percibieron este bono, las compañías hicieron un esfuerzo por mantener el tramo más alto, ya que 63% de los profesionales recibió 100 mil pesos o más, lo que representó un incremento de tres puntos porcentuales respecto a 2017 (60%) y de diez puntos en comparación a 2016 (53%). Sin embargo, en 2019 la cifra llega a 22%, cobrando mayor relevancia el trecho más bajo, es decir, entre 25 y 50 mil pesos”.
En este sentido, la ejecutiva dice que es una lástima que este beneficio vaya perdiendo terreno en Chile, debido a que marzo es un mes complicado por los gastos adicionales que se generan, como pago de matrícula, artículos escolares, temas automotrices, deudas de fin de año y vacaciones, por mencionar algunos, no obstante, actualmente las firmas están optando por entregar gratificaciones que tengan un impacto a largo plazo. Me refiero a aquellas que van linkeadas a una evaluación de desempeño que se realiza en base a las competencias de las personas y al nivel de cumplimiento de los objetivos del año, lo que permite a los trabajadores hacer carrera e impactar su salario, siempre y cuando hayan tenido un buen rendimiento”, afirma.
En qué usarán este bono más «humilde»
Respecto a lo más «humilde» del bono en esta ocasión, “evidentemente fueron más conservadoras, considerando que este tipo de beneficios generalmente se define con anticipación. A mitad de 2018 el panorama revelaba que si bien la economía estaba mostrando un mejor desempeño, este repunte no tenía impacto en el mercado laboral: por un lado el estancamiento de las remuneraciones tenía su peor avance en un año; y, por otro, el índice de desempleo aumentaba en el país, razones más que suficientes para seguir manteniendo la cautela en cuanto la entrega de bonificaciones”, explica Zúñiga.
A propósito, la especialista recalca que la tendencia de los trabajadores es a preferir trabajos que le den importancia a este tipo de elementos. «De hecho, de acuerdo al mismo estudio, si consideramos las tres principales razones por las que los chilenos deciden cambiar de empleo encontramos que conseguir mejores condiciones, ya sea en cuanto a beneficios o en salario, ocupa el primer lugar (42%); seguida por la necesidad de generar un cambio en la carrera profesional (17%) y por la ambición por crecer en un campo específico del conocimiento (13%)», dice.
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Respecto al uso que le darán las personas a este dinero extra, la investigación revela que 65% lo utilizará en comprar artículos escolares, 5% pagará el permiso de circulación, 2,5% saldará deudas que arrastra de las vacaciones y Navidad, 1,3% lo ocupará en la revisión técnica y 1,2% en el seguro obligatorio del auto. Por otro lado, 25% señaló que lo utilizará en otro ítem, entre los que figuran ahorro e inversión, alimentación, vacaciones/viajes, y artículos para el hogar.
En tanto, en función del tamaño de las compañías, 55% de las grandes empresas dará esta retribución; mientras que 25% de las medianas y 20% de las pequeñas hará lo mismo. En este sentido, la ejecutiva dice que el esfuerzo que están haciendo las pymes es “muy revelador e importante, tomando en cuenta que en la mayoría de las ocasiones entregar este beneficio es voluntario, es decir, su aplicación no está regulada por ley a no ser que esté pactado en el contrato o anexo. Sin embargo, después de que una empresa lo otorga por tres años consecutivos se transforma en un derecho adquirido y los trabajadores pueden reclamarlo si la compañía lo elimina”, enfatiza Zúñiga.