Los equipos de rescatistas de España encontraron la madrugada del sábado el cuerpo sin vida de un niño de 2 años, cuya caída en un pozo hace 13 días generó una compleja operación de búsqueda que capturó la atención de España y otros países.
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Julen Roselló cayó en el estrecho pozo de 110 metros de profundidad (360 pies) el 13 de enero mientras su familia preparaba el almuerzo en un día de campo. Su muerte se suma a otra tragedia familiar, ya que su hermano de 3 años falleció de un infarto en 2017, según reportó la prensa española.
Los rescatistas hallaron el cadáver de Julen en las primeras horas del día mientras perforaban un túnel para llegar hasta él, dijo una portavoz del gobierno español en la provincia sureña de Málaga.
La vocera, que carecía de autorización para ser mencionada en la prensa de acuerdo con el protocolo interno, dijo que ahora una comisión judicial investigará el accidente.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, tuiteó el sábado: “Toda España se suma a la tristeza infinita de la familia de Julen”.
“Hemos seguido de cerca cada paso para llegar hasta él. Siempre agradeceremos el incansable esfuerzo de quienes lo buscaron durante todos estos días. Mi apoyo y cariño a sus padres y seres queridos”, agregó.
La tragedia atrajo poderosamente la atención de los españoles desde el principio, y la nación siguió muy de cerca cada detalle de una misión de búsqueda y rescate extremadamente compleja, frecuentemente obstaculizada por capas de roca muy dura.
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La pareja perdió al hermano mayor de Julen, Oliver, cuando sufrió un infarto mientras caminaba en la playa hace dos años, según reportó el periódico El País.
En declaraciones a la Guardia Civil a las que tuvieron acceso medios españoles, la madre del pequeño Julen habló sobre lo sucedudo: «Ni siquiera vi lo que pasó. Estaba llamando a mi trabajo cuando oí los gritos y vi que todos se iban al pozo. Me asomé a la boca del pozo y escuché llorar a mi hijo. Cuando dejé de escucharlo llorar, empecé a gritar desesperada», contó Vicky a la Guardia Civil. La madre de Julen no vio como su hijo cayó, fue su padre José el que sí relató cómo se cayo el pequeño aquel fatídico domingo.
El padre también contó a los agentes que sabía que el pozo estaba allí pero que el dueño de la finca le dijo que estaba tapado con dos piedras de hormigón. “Escuché llorar a mi hijo dentro del pozo, por lo que quité todas las piedras que había alrededor del pozo y llamé a mi hijo, al que estuve escuchando llorar durante 30 segundos. Mientras le hablaba para tranquilizarle”, explica en una declaración a los investigadores.
La Guardia Civil ya investiga todos y cada uno de los detalles que posibilitaron la muerte de Julen por petición del Juzgado . Los agentes quieren averiguar si tanto el propietario de la finca como el pocero pudieron incurrir en un delito de homicidio imprudente.