Ayer el INE dio a conocer cómo terminó el desempleo el 2018. En el periodo octubre – diciembre la tasa alcanzó 6,7% que, si bien, bajó 0,1 puntos porcentuales respecto al trimeste móvil anterior, subió 0,3 puntos si se compara con el mismo lapso de 2017.
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El dato pareciera mostrar que el mercado laboral aún no reacciona ante el mayor crecimiento, aunque el reporte sí da cuenta de que se crearon 59.371 nuevos empleos, de los cuales 75% fueron para las mujeres.
Por otro lado, el empleo asalariado privado -formal y con protección social- aumentó en 42.954 personas anualmente y, por el contrario, los cuenta propia, que son los más precarios, disminuyeron en 23.793. Todas cifras que destacó el ministro (s) del Trabajo, Fernando Arab, quien afirma que con ellas “se reafirma la tendencia de una mejora sostenida en la calidad y creación de puestos de trabajo”.
¿Por qué aumenta entonces la tasa de desocupación? Según el INE, debido al incremento de 1,1% en doce meses de la fuerza de trabajo, lo que refleja que más gente sale a buscar trabajo, pero no todos lo encuentran.
Cuando estos informes del INE han sido cuestionados –el mismo organismo llama a mirar los datos con cautela y a esperar a las actualizaciones que se están realizando-, queda la duda legítima ¿en qué estado se encuentra el mercado laboral chileno?
“Aún cuando no se puede saber si la tasa de desempleo informada por el INE es la correcta, la encuesta permitiría al menos conocer cómo evoluciona la dinámica del mercado laboral, es decir, los cambios en las variables que mide”, sostiene Guillermo Acuña, investigador del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo.
En ese sentido, Juan Bravo, investigador de Clapes UC, reafirma que “la situación del empleo es claramente mejor que lo que ocurría en los años de menor crecimiento, lo que se materializa en una importante recuperación de la creación de empleo asalariado formal”.
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Este mayor desempleo contrasta con el número de personas que ahorran en las AFP, el que aumenta, lo que significa que más personas tienen un empleo y con contrato. El martes el propio ministro titular de la cartera, Nicolás Monckeberg, usó ese antecedente para demostrar que se están creando puestos de trabajo.
Indicó que indicó a noviembre de 2018 hubo un incremento de 169.441 cotizantes del sistema de pensiones comparado con el mismo mes de 2017 y en el total ya se bordea los 5,5 millones. “A diferencia de la encuesta de empleo, aquí hablamos de datos objetivos que indican el aumento efectivo de trabajo en nuestro país”, recalcaba la autoridad.
En ese sentido, Bravo coincide con el punto y dice que “requerimos estar observando las distintas fuentes de información para una comprensión más acabada del mercado laboral”, aunque aclara que esto nos permite ver solo una parte de éste.
Acuña coincide, al indicar que “utilizar múltiples fuentes de información es adecuado cuando se tiene incertidumbre acerca de las cifras”.
Eso sí, Bravo recalca que hay algo que es clave: que la economía siga creciendo como lo viene haciendo, “para que el mercado laboral pueda absorber a todos aquellos que quieren participar del mercado laboral y así pueda reducirse paulatinamente la tasa de desempleo”.
¿Sirve o no la encuesta?
Ante las dudas que genera, hasta del propio Banco Central, surge la pregunta de cómo mirar la encuesta de empleo del INE y qué tan certera es a información que entrega sobre lo que está pasando con el trabajo en Chile.
Acuña no le resta méritos, ya que la considera “una importante fuente de información”, aunque añade que “se debe tener cuidado al interpretar la información”.
Bravo, en tanto, valora que el INE haya reconocido las limitaciones que tiene para reflejar de mejor manera lo que está pasando con el mercado laboral y subraya que “no significa que la encuesta no aporte”, ya que “es necesario contar con información de todo lo que no se puede monitorear con los registros administrativos”, haciendo referencia al número de personas que cotizan.