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Cambio climático es uno de los factores clave en el aumento de incendios forestales

Desde Greenpeace señalaron que “hay que hacerse la idea de que el clima que conocíamos desapareció”. Desde Conaf, han llamado constantemente a aumentar la prevención, ante el factor clave de las altas temperaturas.

La ola de calor sigue presente, y ya no solo en la zona central. Temuco alcanzó los 42º y Valdivia los 38,5º, temperaturas nunca antes vistas en esas ciudades. Ante esta realidad, Greenpeace advirtió que el clima que tradicionalmente conocíamos en Chile desapareció. ¿El llamado? Adaptarnos a esta nueva realidad. Pero también se ha hecho un llamado a la prevención, ya que las altas temperaturas han traído consigo también un aumento respecto a la posibilidad de que se ocasionen incendios forestales.

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José Manuel Rebolledo, director ejecutivo de Conaf, explicó hace unos días que «las altas temperaturas, vientos y material fino seco con baja humedad, es muy propicio para la ocurrencia y propagación de los incendios forestales». «Por eso pedimos a las personas, principalmente a quienes se trasladen por nuestras carreteras, que eviten usar fuego o realizar alguna actividad que provoque chispas en zonas de vegetación”, añadió.

El clima está cambiando

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Y al parecer, este tipo de precauciones tendremos que mantenerlas por mucho más tiempo. “Si bien hay muchos factores complejos en juego con los fenómenos meteorológicos extremos, la ola de calor que estamos experimentando es consistente con las predicciones de un mundo afectado por el cambio climático. Lo claro es que el cambio climático es una realidad que percibimos con mayor notoriedad cada día. En este sentido, según la Organización Mundial de la Meteorología, este clima extremo será lo habitual en el futuro”, explica Estefanía González, coordinadora del área de campañas de Greenpeace en Chile.

En este escenario no es mera coincidencia que estas olas de calor se presenten de la mano con incendios forestales que parecen cada vez más difíciles de frenar. Así, durante la última década, el número de siniestros, su área quemada, duración, simultaneidad, severidad y estacionalidad ha aumentado drásticamente en el centro y sur del país, lo que se ha significado un 80% más de áreas quemadas por incendios de gran tamaño.

Más incendios con altas temperaturas

De acuerdo con una columna el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia de la Universidad de Chile, a pesar de que casi un 90% de los incendios son provocados intencional o accidentalmente por las personas, el agravamiento de estos eventos está directamente relacionado con el aumento de las temperaturas máximas y el déficit de precipitaciones, ambos efectos del cambio climático, lo que se combina con un paisaje rural dominado por especies exóticas altamente inflamables.

El aumento de las temperaturas también estaría dañando nuestros suelos. Así lo determinó un equipo de investigadores de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Universidad Católica (UC). La investigación apoyada por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) busca entregar modelos predictivos al sector público y privado, basados en técnicas de inteligencia artificial, para evaluar escenarios y apoyar la gestión de los suelos en zonas críticas.

Daño de suelos por el calor

“En regiones climáticas húmedas, como Biobío y La Araucanía, la estabilidad de los agregados del suelo, así como su capacidad para almacenar agua y remover CO2 de la atmósfera, está cambiando rápidamente por el avance del desierto en la zona central del país”, destacó Carlos Bonilla, académico de Ingeniería Hidráulica y Ambiental UC.

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El investigador además del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable precisó que, si bien la zona central del Chile aún presenta condiciones favorables en términos de la abundancia y estabilidad de agregados, a futuro puede verse seriamente afectada y asemejarse a la condición de los suelos de climas más áridos.

Según el análisis comparativo realizado en el estudio, actualmente la abundancia y estabilidad de agregados en la zona centro sur del país es hasta tres veces mayor que en la zona norte. No obstante, estos indicadores podrían cambiar durante los próximos años.

“En regiones con pocas precipitaciones, altas temperaturas y escasa presencia de materia orgánica en los suelos, como Atacama, la proporción de agregados es muy pequeña o definitivamente ausente. Hacia el sur, en cambio, las condiciones son opuestas”, agregó Bonilla. Para los investigadores, el suelo es el gran desconocido del cambio climático. Sin embargo, es un agente regulador clave dentro del ciclo del carbono, al jugar un papel fundamental en el equilibrio de los niveles de CO2 presentes en la atmósfera.

 

 

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