Este viernes, los líderes de Gran Bretaña e Irlanda reunirán para discutir el tema de su frontera común, un punto que ha empantanado las negociaciones sobre la salida británica de la Unión Europea.
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La primera ministra británica Theresa May tenía programada una cena con el primer ministro irlandés Leo Varadkar en Dublín para insistir en su argumento de que urgen cambios en el acuerdo de divorcio con la UE.
El Parlamento británico rechazó ese acuerdo el mes pasado debido, en gran parte, al rechazo hacia las cláusulas sobre una frontera abierta entre Irlanda del Norte, que es parte del Reino Unido, e Irlanda que es parte de la UE.
Gran Bretaña deberá salirse de la UE el 29 de marzo de 2019 y los pedidos británicos de cambios de último minuto al acuerdo han exasperado a los líderes europeos quienes insisten en que el pacto no puede ser modificado.
Por su parte, los fiscales generales de Gran Bretaña e Irlanda se reunirán este viernes para tratar de buscar puntos de acuerdo en el tema de la frontera irlandesa. En discusión está una propuesta según la cual el Reino Unido seguiría en una unión aduanera con la UE para que no tenga que haber revisiones en la frontera hasta que se establezca una relación comercial permanente entre el Reino Unido y la UE.
Confrontaciones
Las tensiones se agravaron esta semana cuando el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk se preguntó si habrá “algún lugar especial en el infierno” para los británicos que se manifestaron a favor del Brexit sin tener idea de las consecuencias. Los comentarios enfurecieron a los partidarios del Brexit en Gran Bretaña, y May dijo sentir “desilusión” por las palabras de Tusk.
Tusk habló antes de una reunión entre May y líderes de la UE que ambas partes calificaron de “robustas”.
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Ninguna de las partes cedió, pero al menos acordaron seguir dialogando. May y el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker dijeron que se volverán a reunir antes de fin de mes, después de que se reúnan sus subalternos.