La migración en los últimos años ha alcanzado cifras históricas en todo el mundo y Chile no es la excepción. Es por esta razón que desde Espacio Público realizaron estudio que expone un análisis comparativo de las regulaciones migratorias en América Latina.
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Conversamos con Alvaro Bellolio, jefe del departamento de extranjería y migración, sobre los avances que nuestro país ha tenido en estas materias y sobre su opinión respecto al análisis realizado por el mencionado centro de estudios.
«Sobre el estudio en concreto, compartimos la visión de que la legislación actual tiene una mirada basada exclusivamente en las entradas y salidas, y poco sobre la integralidad de la migración, entendiendo que la migración es un fenómeno multivariable, y la inacción sobre esta materia fue la que generó grandes niveles de irregularidad migratoria y abuso para los migrantes, especialmente en materia laboral y de vivienda», señaló.
La nueva ley ya está avanzando
Al respecto, Bellolio explicó que la nueva ley de migración, que luego de 5 años pasó al Senado, aborda las necesidades existentes a causa del fenómeno migratorio.
«El proyecto de ley avanza en un tema fundamental, que es el crear una política de sistema de visas que desincentiva la irregularidad, a diferencia del sistema actual y el propuesto por los autores, donde las personas vienen a nuestro país como turistas, cuando su real propósito es el de residente. Este sistema generó un flujo de 700.000 personas entre el 2014 y el 2017, donde más de 200.000 quedaron de forma irregular en nuestro país, y sólo durante el 2016 y 2017 se recibieron más de 45.000 contratos falsos», comentó.
En estas materias, y sobre la demora del proyecto, Bellolio apunta a que «en la administración anterior se dio una política del avestruz. Se escondió la cabeza en la tierra ante una situación que se sabía que seguiría creciendo». Ante esto, el jefe del departamento de extranjería y migración dijo a Publimetro que desde el Gobierno esperan «que la nueva ley de migración sea promulgada dentro de este año».
Trabajo en equipo desde distintos ministerios
Bellolio explicó que además del proyecto en curso, el Consejo Técnico de Política Migratoria –integrado por representantes de diversos ministerios y coordinado por el Departamento de extranjería y migración- permite avanzar en las materias de derecho que consideraba el estudio. En esto se incluye, por ejemplo, salud, educación, vivienda, entre otros. Aunque, de todas maneras, Bellolio reconoce que «uno de los desafíos más difíciles es abordar las materias relacionadas con vivienda».
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Además, Bellolio agrega que «un tema que no se ha abordado, y que es muy complejo también, es la portabilidad de los derechos sociales». Esto, tiene relación con las pensiones de los extranjeros en nuestro país. ¿Qué pasa con sus fondos si se van del país? ¿Se le entregan directamente o a través del Estado? «Si bien no es un tema de urgencia, si va a ser relevante», añadió la autoridad.
Sobre el colapso de los servicios
Respecto al colapso de servicios, abordado en la publicación anterior y fuertemente compartido por la opinión pública, Bellolio responde que «en parte es cierto y en parte no». «Sobre la situación puntual de los cupos en los jardines de la Junji, ellos mismos crearon un instructivo que le dio a los extranjeros prioridad. Los niños de los extranjeros que ingresan en forma irregular son catalogados como indigentes, y es por eso que tienen cupo», explicó.
Sin embargo, la autoridad señaló que en el área de salud, los migrantes muchas veces no acceden por desconocimiento. «Esperan a tener una urgencia antes de ingresar al sistema», comentó. Pero además, Bellolio explica que hay desorden administrativo que complica estas materias. «Una de nuestras prioridades es que los migrantes puedan contar con su Rut desde el día uno, precisamente para que puedan regularizar su situación», explicó. Aún así, destaca que los migrantes «igual tienen el acceso a la salud garantizado».
En esta línea, el jefe del departamento de extranjera y migración señaló que «este mito de la irregularidad usualmente se basa en percepciones y no en datos causales».