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El sur al límite: los bosques se visten de fuego, ¿por culpa de los pirómanos e incendiarios?

Autoridades dicen que lo ocurrido en Penco responde a una intencionalidad, hecho que se suma a las más de 100 causas que estudia Fiscalía en La Araucanía. En los últimos 5 años, se condenó a 97 personas por quemar bosques de manera intencional.

El fuego sigue castigando al sur. La noche de este lunes y la madrugada de ayer, varios focos de incendio azotaron Concepción, otras zonas de Ñuble y en Chaquihual, comuna de Ancud. El más peligroso fue el incendio de Villa Italia, en Penco, donde las llamaradas amenazaron con arrasar las viviendas durante toda la noche.

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Lo que más llamó la atención, sin embargo, fueron las conclusiones de autoridades. «La información que nos entrega bomberos es que fue un incendio intencional», dijo el alcalde de Penco, Víctor Hugo Figueroa. «Esa idea se refuerza con que el incendio que ocurrió en Florida y en Coronel, se dieron casi a la misma hora».

En efecto, se trató de al menos cuatro focos casi simultáneos, y que hablaría de la intervención de los sospechosos de siempre: los pirómanos.

A la fecha, hay un triste saldo de más de 42.700 hectáreas consumidas por el fuego este verano. Y es de preocuparse, ya que aún sin llegar a la primera quincena de febrero, ya va un 43% más de terreno destruido que en el período anterior.

Pero claro, hay un componente climático: solo en 2019, 11 de las 20 ciudades más grandes del sur de Chile -entre Curicó y Puerto Williams- marcaron su récord histórico de temperaturas. En Cochrane, donde ardieron más de 10 mil hectáreas hasta ahora, los termómetros marcaron 36,1º en febrero de este año. En Valdivia, además, las temperaturas llegaron a 38,5º.

Mano humana

Cualquiera sea el caso, las autoridades están atentas. La región más afectada es La Araucanía, donde el fuego ha consumido 15 mil 800 hectáreas. Allí, el gobierno interpuso hace 4 días una querella criminal por quienes resulten culpables de las más de 100 causas por incendios, 35 de ellos supuestamente intencionales.

¿Son un factor los pirómanos? El comisario Gonzalo Ulloa, psicólogo del Instituto de Criminología de la PDI, hace una aclaración: «En nuestra realidad, los pirómanos son escasísimos. Ellos se mueven por impulso, una fascinación por el fuego que necesitan satisfacer para calmar la ansiedad. La mayoría son los incendiarios, que no poseen un trastorno y tienen motivaciones externas», explica.

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El caso de Penco, dice el experto, calza con las personas incendiarias. «Habla de una premeditación, cosa que no hacen los pirómanos, que siguen un impulso».

El doctor Rodrigo Dresdner, del Servicio Médico Legal, realizó dos investigaciones para dar con el perfil del incendiario, en base a 197 casos peritados entre 1999 y 2012. ¿El resultado? La media de edad es de 39 años, hay una mujer cada cuatro hombres y a la mayoría (42,6%) los motivan situaciones afectivas, como ira, frustración y llamar la atención. Le siguen las patologías mentales, con un 28,5%, donde se encuentran los problemas de adaptación social y, en una pequeña fracción, los pirómanos.

Ulloa explica que rara vez los incendios dejan huellas de quienes los provocan, cosa que, sumado a los múltiples propósitos, hace muy difícil desbaratar sus acciones antes de cometerlas. ¿Lo de este año es comparable a la catástrofe de 2017?. «No es tan distinto a lo de ahora. Si bien el factor climático no nos ayuda, la realidad aquí obedece mucho a la intencionalidad de ciertas personas», afirma el comisario.

¿Qué dicen las cifras? A pesar de lo complejo de atrapar culpables in situ, la justicia ha condenado a número no menor de personas por quemar bosques de manera intencional. Según datos de Fiscalía Nacional, en Chile 97 personas han recibido sentencias condenatorias en los últimos cinco años por esa causa.

Así, las regiones que concentran más casos de personas incendiarias condenadas son las de O’Higgins (22), Valparaíso (19), Ñuble (16), La Araucanía (11) y del Maule (9).

A falta de uno, dos

Fue el tema del fin de semana: el Ten Tanker, anunciado con bombos y platillos, se averió el pasado viernes en su primer día de trabajos. Y recién volvió a trabajar la mañana de ayer, aunque, en este caso, se cumplió el dicho de que no hay mal que por bien no venga: ante el apuro, el gobierno solicitó otro avión DC-10 a la empresa norteamericana, aeronave que ya estaba operativa al mediodía.

El Ten Tanker 1 combatió los incendios en Cochrane, mientras su gemelo despegó desde Puerto Montt rumbo a Concepción, para apagar los focos activos en la Villa Italia de Penco. El ministro de Agricultura, Antonio Walker, señaló que el balance de ambos aviones era «más que positivo».

El toque de queda que no fue

A eso de las once, los habitantes de 10 comunas de Concepción tenían claro que luego de las 22 horas no podrían salir de sus casas. Eso, porque el contraalmirante Carlos Huber, jefe de Defensa en el Biobío, anunció un toque de queda. La idea era evitar que desconocidos provocaran más incendios intencionales durante la noche, pero quedó en nada.

Lo cierto es que terminó siendo el blooper del día: El ministro de Defensa Alberto Espina lo desmintió al decir que «jamás hubo toque de queda en la región». La medida no fue más que una salida de libreto de Huber, quien, pasado el mediodía, salió explicando que no se trató de un «decreto», sino que de una situación que se estaba «analizando».

Con todo ese desorden, el ministro del Interior Andrés Chadwick anunció que hoy arribará al sur, para encargarse de supervisar la coordinación entre las autoridades. De momento, ninguna localidad en el sur deber encerrarse en sus casas al llegar la noche.

 

 

 

 

 

 

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