Cúcuta en Colombia, es una ciudad donde los contrabandistas mercadean con gasolina y comida. Es ahora también escenario de voluntarios, militares y periodistas que esperan que entre la ayuda humanitaria. Al hacer frontera con Venezuela, el puente internacional Simón Bolívar, paso que comunica al área metropolitana de Cúcuta con San Antonio de Táchira en Venezuela, es uno de los puntos claves que marcan tensión que irá en aumento a medida que se acerque el día 23 de febrero.
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La ciudad cuenta con un importante nicho fronterizo siendo el cruce más importante, donde los funcionarios de migración dicen que ingresan cerca de 30.000 personas al día y es un paso del cual subsisten cerca de 8,000 trabajadores informales y 2,000 formales, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia y donde se concentra el 80 por ciento del movimiento migratorio que diariamente se registra entre Venezuela y Colombia.
Según sostiene en un amplio análisis Insight Crime, al igual que en muchas ciudades fronterizas de Latinoamérica, Cúcuta tiene una larga historia de contrabando. Sin embargo, el auge actual es el resultado directo de las políticas económicas del gobierno de Venezuela, cuyos intentos por combatir la pobreza y controlar la economía del país han alimentado las ganancias de los contrabandistas.
Alrededor de Cúcuta hay 35 caminos -que la policía conoce- y están vigilados por las redes de inteligencia de los contrabandistas: los hombres en motocicletas conocidos como “moscas” vigilan los movimientos de la policía y están en constante comunicación con aquellos que manejan los vehículos cargados con contrabando.
Según realata el New York Times, los policías de la ciudad, que tienen la tarea de dispersar a los grupos de personas sin hogar que toman los espacios públicos, dijeron que la mayoría de los arrestados por delitos en la vía pública son venezolanos.
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Ayuda humanitaria almacenada
Ya ha llegado el tercero de los aviones militares de carga estadounidenses. Los efectivos militares usaron aviones de carga C-17 para transportar miles de suplementos alimenticios y paquetes con productos higiénicos desde una base cerca de Miami hasta Cúcuta, el principal punto de llegada para cientos de millones de dólares en ayuda humanitaria que los líderes venezolanos de la oposición —y sus partidarios internacionales—, esperan hacer llegar al otro lado de la frontera. Es donde se almacenan medicinas y alimentos desde el 7 de febrero, cerca del puente limítrofe Tienditas, bloqueado por militares venezolanos con camiones y otros obstáculos.
Dos puentes en las afueras de Cúcuta que marcan el límite entre los dos países abrieron con normalidad el sábado para el cruce de peatones, mientras el puente de Tienditas, que no se ha inaugurado, permanece bloqueado de lado venezolano por contenedores atravesados en la vía. Maduro y sus aliados atrincheraron el camino que se extiende a lo largo de un importante cruce fronterizo con Colombia para evitar que los camiones ingresaran al país.
Un funcionario estadounidense ha asegurado a Reuters que la ayuda asciende a más de 200 toneladas, aunque un representante de la embajada de Estados Unidos ha afirmado que no tenían un cálculo oficial. Las cajas contienen suministros de higiene y asistencia para unas 25.000 personas, así como pequeños paquetes de galletas energéticas y proteicas para alimentar a unos 3.500 niños desnutridos, dijo el gobierno estadounidense.
Sábado 23: día clave
El líder opositor Juan Guaidó anunció el sábado, durante una concentración con miles de voluntarios, que la oposición conformará brigadas de activistas que se movilizarán en caravanas hasta la frontera para ayudar a ingresar la ayuda a partir del próximo sábado. Asimismo, Guaidó dijo que de forma simultánea en todas las ciudades del país se realizarán concentraciones el 23 de febrero para esperar la ayuda.
El jefe de la Asamblea Nacional hizo una nueva exhortación a la fuerza armada para que permita el ingreso de la ayuda al país. “Tienen una semana para que hagan lo correcto”, dijo el opositor dirigiéndose a los militares a los que pidió que se “pongan del lado de la Constitución”.
Al grito de “sí se puede”, varios miles de médicos, enfermeras, otros profesionales y amas de casa, vistiendo camisetas blancas y con banderas venezolanas colgadas en su espalda, acudieron el sábado a los estacionamientos del diario venezolano El Nacional, en el este de la capital, para incorporase al plan de ayuda en el que ya se inscribieron más de 600.000 voluntarios, según cálculos de los opositores.
Brigadas de voluntarios comenzaron este domingo a prepararse para enfrentar el bloqueo del gobierno venezolano al ingreso, el próximo sábado, de ayuda humanitaria acopiada en Colombia, Brasil y Curazao, la mayoría enviada por Estados Unidos a solicitud del opositor Juan Guaidó.
Lester Toledo, coordinador Internacional de Ayuda Humanitaria y delegado del presidente interino Juan Guaidó, informó cómo ingresará esta ayuda, “con el acompañamiento de nuestro pueblo, que tiene el mismo problema, porque esos militares tienen esposas que van al mercado y no consiguen, que van al Hospital Militar a visitar a sus familiares y mueren por esta misma razón, es el llamado a un pueblo en torno a la ayuda humanitaria, que el mismo pueblo se movilice hacia la frontera”.
Sin embargo, tras las movilizaciones de militares hacia la frontera, ordenadas por el presidente Nicolás Maduro, la oposición aseguró que ya tiene un plan B, pero que no puede revelar.
“La ayuda va a pasar, no tengan ninguna duda de eso, ya hay fecha y estamos a siete días de que esto sea una realidad, vamos a contar con el apoyo de la gente, le pedimos que vayan vestidos de blanco a la frontera en sinónimo de paz, pero no podemos hablar de plan B que ya se tiene. Si es necesario se activará”, aseguró Toledo.
El nuevo centro de almacenamiento en el sur de Florida se suma a los otros tres que se instalaron en la ciudad colombiana de Cúcuta, el estado brasileño de Roraima y la isla caribeña de Curazao.
Guaidó destacó que se han recaudado unos 110 millones de dólares en asistencia y, para el 22 de febrero, el multimillonario británico Richard Branson organiza un concierto en Cúcuta, con artistas de renombre internacional, a fin de recaudar otros 100 millones en 60 días.