A menos de una semana de celebrar su día, un grupo de los mamíferos más grandes del mundo están viviendo en paupérrimas condiciones en al sureste de Rusia. Cerca de cien cetáceos están atrapados en una literal y cruel «cárcel de ballenas».
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En noviembre del año pasado surgieron las primeras imágenes que mostraban a 11 orcas y 87 belugas capturadas en pequeñas jaulas marinas cerca de la ciudad de Nakhodka, en un territorio controlado por cuatro empresas rusas que suministran animales marinos a acuarios.
Tras el revuelo generado por las dramáticas condiciones de las ballenas, a mediados de enero se realizó una investigación para determinar la condición de los cetáceos.
11 orcas y 87 belugas permanecen cautivas en una cárcel de cetáceos en la costa del este de Rusia.¡Ayúdanos a liberarlas! 🐳 Firma nuestra petición para poner fin a esta cárcel 👉 https://t.co/Dft9HJu6gC pic.twitter.com/DQbkCenclP
— Greenpeace España (@greenpeace_esp) February 19, 2019
Los resultados revelaron que las belugas y orcas, que suelen migrar a aguas más calidad cuando hace frío, capturadas pueden morir congeladas ya que las instalaciones se encuentran en zonas cubiertas parcialmente de hielo.
Según recoge La Vanguardia, algunos ejemplares muestran lesiones cutáneas por culpa del hielo y otras presentan indicios de neumonía y otras enfermedades que afectan a órganos vitales.
Desde Greenpeace han organizado una intensa campaña y hablaron con las autoridades para lograr la liberación de estos animales. Pero para mejorar la calidad de vida de estos animales por el momento, se comprometieron a proporcionar pistolas térmicas y otros equipos para elevar la fría temperatura del agua durante la noche.
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De acuerdo con The Telegraph, una sola orca puede llegar a más de seis millones de dólares. Se acusa a las empresas involucradas de pretender venderlas a uno de los al menos 60 parque temáticos que existen en China, país al que ya habrían exportado 13 orcas entre 2013 y 2016.
¿Legal o ilegal?
Desde 1982 existe una prohibición mundial de caza de ballenas con fines comerciales. Sin embargo, existe una excepción para fines científicos y educativos.
Las autoridades rusas son las encargadas de determinar si la caza de estos mamíferos fue realizada de manera legal o ilegal.
Según Newsweek, el Ministerio de recursos Naturales y el Servicio Federal para la Supervisión del Uso de los Recursos Naturales apuestan por la liberación, mientras la Agencia Federal de Pesca se opone.
Actualmente la fiscalía rusa lleva a cabo una investigación. No obstante, desde Greenpeace adierten a CNN que si las pericias se alargan demasiado, los especímenes pueden ser víctimas de contrabando e, incluso, morir.